Mendizorroza hace daño. Abre heridas. El feudo del Alavés se convierte en el escenario ideal para una noche de Halloween si vistes la zamarra celeste. El Celta sale damnificado. No solo se reencuentra con la derrota, sino con esas dudas que han lastrado el arranque del cuadro celeste en este primer tramo de la temporada.
El conjunto vigués tuvo opciones para frenar esa hemorragia que sufre lejos de Balaídos, una racha de más de diez meses sin ganar como visitante. El duelo ante el Alavés deparó pocas sorpresas. Garitano quería imponer las armas de su Glorioso. Presión intensa en la salida de balón para que Lucas Pérez y Joselu certificasen el triunfo de los locales.
Era un partido para sufrir. El Celta incluso logró adelantarse en el electrónico con un gol de Santi Mina, pero el VAR anulaba la acción por fuera de juego del vigués. El encuentro estaba parejo. El equipo de Fran Escribá daba sensación de peligro cuando pisaba la zona de tres cuartos. Iago Aspas, solo ante Pacheco, posiblemente su gran verdugo, erró. Otro canterano celeste, Joselu, efectuaba la réplica. Centro de Luis Rioja, ex del Celta B, que el ariete dezano envió al palo de la portería de Rubén Blanco.
El encuentro estaba parejo. Se desequilibró en el segundo tiempo, un período en el que el Celta se reencontró con sus dudas. Fran Escribá tenía que mover pronto el banquillo. Antes del intermedio, Hugo Mallo se retiraba por culpa de unas molestias. En el banquillo, con Olaza en la grada, no había laterales. Fran Escribá apostaba por David Costas. Defensa prácticamente renovada dadas las titularidades de Jorge Sáenz y David Juncá.
El Celta apenas tuvo opciones en el segundo tiempo. Una acción de estrategia desniveló la balanza. Magallán se imponía claramente a Okay Yokuslu para cabecear un córner botado por Lucas Pérez. Fran Escribá ponía más mordiente en ataque. Retiraba a Okay para dar entrada a Brais Méndez. Rafinha pasaba a la sala de máquinas junto a Lobotka. La sustitución apenas tuvo efecto. Pacheco no tuvo demasiado trabajo ante un conjunto vigués que juega demasiado al pie y se asocia poco.
El Alavés se mostraba cómodo. Esperaba a una contra para matar el partido. Joselu tuvo la sentencia, pero su disparo cruzado se fue demasiado desviado. El desastre se culminó en la recta final del choque. Fran Escribá daba la enésima oportunidad a Pione Sisto. El ingreso del danés conllevaba una modificación táctica. Se iba David Juncá para dejar una defensa de tres centrales. El extremo no aportó nada en ataque y se convirtió en una ganga para el rival con sus constantes pérdidas. En un mal pase hacia Lobotka, Aleix Vidal asistió a Lucas Pérez para que batiese a Ruben Blanco y pusiese la puntilla al partido. El coruñés recuperaba el salseo del derbi gallego celebrando el tanto en el espacio de la grada que ocupaban los 200 aficionados del Celta que se desplazaron a Mendizorroza.
Ya no había tiempo para más. Ni para la reacción ni mucho menos para el milagro. Garitano agotaba su último cambio para que expirase el tiempo de descuento. Entraba Guidetti, pero el sueco no tuvo tiempo ni para sudar. El Celta sufre otra derrota. No pudo hacer bueno el triunfo de la última jornada ante el Athletic. El tropieza supone caer al descenso. Se reabren heridas, debates y dudas en un equipo diseñado para un objetivo mayor que luchar por la salvación.
Ficha técnica del Alavés - Celta
Alavés: Pacheco; Aguirregabiria, Laguardia, Magallán, Rubén Duarte; Manu García, Wakaso, Aleix Vidal, Luis Rioja (Pere Pons, 71'), Lucas Pérez (Guidetti, 94') y Joselu (Burke, 79').
Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo (David Costas, 45'), Aidoo, Jorge Sáenz, Juncá (Sisto, 79'); Okay (Brais Méndez, 60'), Lobotka, Rafinha, Denis Suárez; Iago Aspas y Santi Mina.
Goles: 1-0: Magallán (50'); 2-0: Lucas Pérez (82').
Árbitro: González González (comité castellano-leonés). Mostró tarjeta amarilla a Wakaso, Rubén Duarte, Manu García, Magallán y Lucas Pérez por parte del Alavés mientras que por el Celta amonestó con cartulina amarilla a David Juncá.