Prieto Iglesias convierte el VAR en el "talón de Aquiles" del fútbol

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Prieto Iglesias, en el momento en el que expulsa a Sáenz // FOTO: @RCCELTA
Prieto Iglesias, en el momento en el que expulsa a Sáenz // FOTO: @RCCELTA

Hubo partido, pero no fútbol. El VAR, esa herramienta tan anhelada para impartir justicia en el deporte rey, marcó el duelo entre el Celta y Granada. El problema no es el sistema del videoarbitraje, sino su ejecución, una ejecución que se convirtió en una losa para un equipo vigués que apenas tuvo opciones de plantar cara a su adversario. Las dos tempranas expulsiones por roja directa a Jorge Sáenz y Fran Beltrán cuando aún quedaba una hora de juego.

La acción del canario, la primera del partido, es la que ofrece más dudas. El defensor procedente del Valencia pisa de forma involuntaria a Soldado, todo un veterano a la hora de teatralizar y exagerar cada jugada. Prieto Iglesias y Carlos Latre, en la sala de VAR, picaron. Ese contacto entre el pie del céltico y del futbolista que lesionó hace tres campañas a Marcelo Díaz se sancionó con roja directa. Primer golpe. No sería el último. Poco después, Fran Beltrán sacaba los tacos a pasear tras sufrir una falta que ya había sancionado el colegiado. Error de juventud en un episodio cuya decisión del árbitro era poco debatible.

Quedaba una hora. 60 minutos que se convertirían en una cordillera, un 8.000 cuya cima, los tres puntos, era inalcanzable. Fran Escribá había reconstruido la zaga antes de la expulsión de Beltrán. Cambio lógico. Araujo por Brais Méndez. Santi Mina se reubicaba en banda derecha. Sin embargo, pese al talento de los hombres de arriba, Rui Silva apenas tuvo trabajo. Las faltas tácticas bastaron al Granada para frenar las acometidas del cuadro vigués.

El Celta realizaba un nuevo ejercicio de supervivencia. Como el de los últimos minutos en el Sánchez Pizjuán. La injusticia volvía a ser compañera de viaje. El Granada dominaba fruto de la superioridad numérica. Era una cuestión de pura lógica. Pura matemática. El marcador se mantuvo equilibrado hasta el último minuto del primer acto. Otro mazazo psicológico para los de Escribá. El golpe llegó a balón parado. Germán aprovechaba un error en la marca para cabecear un saque de esquina. Rubén Blanco apenas pudo hacer nada para mantener el cerrojo en su portería.

El segundo acto fue el de la sentencia. El Celta no bajó las brazos, pero un golazo de Herrera dejaba prácticamente sentenciado el duelo. El conjunto vigués lo intentó con posesiones largas. Se asomó con peligro sobre el área visitante, pero era una cuestión numérica, de escasez de efectivos en los metros finales para intentar meterse de nuevo en el partido. Fran Escribá estuvo acertado en los relevos. Retiró a Santi Mina, con amarilla, para apostar por el físico de Pape Cheikh.

La fe del Celta fue cobrando protagonismo a medida que moría el partido. Buscaba ese gol que alimentase el sueño para, por lo menos, arañar un punto. Pero no había tiempo ni tampoco hombres celestes para evitar la segunda derrota de la temporada. Toca levantarse. El próximo fin de semana, nueva cita de altura ante un Atlético de Madrid que espera herido en el Metropolitano tras caer frente a la Real Sociedad.

Ficha técnica del Celta - Granada

RC Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Aidoo, Jorge Sáenz, Olaza; Fran Beltrán, Lobotka, Brais Méndez (Araujo, 15'), Denis Suárez (Pione Sisto, 77'); Iago Aspas y Santi Mina (Pape Cheikh, 59').

Granada: Rui Silva; Víctor Díaz, Germán, Domingos Duarte, Quini; Herrera, Montoro; Puertas, Fede Vico, Machís (Azeez, 88'); y Soldado (Vadillo, 65').

Goles: 0-1: Germán (45' + 5'); 0-2: Herrera (53').

Árbitro: Prieto Iglesias (comité navarro).Expulsó con roja directa a Jorge Sáenz (10') y Fran Beltrán (28').

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