El Celta jugó con fuego hasta el minuto 96. Logra la salvación. Lo consigue gracias a terceros. Gracias a ese empate del Real Madrid en Butarque ante un Leganés que tuvo ocasiones de sobra para conseguir los tres puntos que mandaran al cuadro celeste al infierno. Esa ha sido la frontera del equipo vigués con precipicio. Solo un gol, un tanto pepinero que pusiera la puntilla a una temporada vergonzosa. El equipo vigués consigue renovar su presencia en la máxima categoría, pero debe realizar una profunda reflexión para no repetir los fracasos de los últimos dos años (0-0).
Llegaba la gran final. Ganar o aguardar por ese resultado en Butarque que rubricarse el desastre. El Celta llegaba a esta cita en plena depresión. Sin Rafinha y sin Nolito. Aspas emergía de nuevo como el gran salvador. Sin embargo, el contexto era propicio. El conjunto vigués dependía de sí mismo. En ese mano a mano con el Leganés, los vigueses se enfrentaban al Espanyol, colista, ya descendido. Los pepinaros se jugaban la permanencia ante el Real Madrid, campeón de la competición.
El celtismo vivía este 19 de julio su particular "déja vu". Siete años después, el Espanyol era de nuevo el último escollo hacia la renovación en Primera División. Aquella cita debería servir de experiencia. Iago Aspas fue uno de los hombres determinantes en aquella victoria por uno a cero. Suya fue la asistencia para el gol de Insa. En aquel partido se forjó esa valentía que pedía ayer Óscar García en rueda de prensa. El de Sabadell no quería jugadores con miedo. Por motivos de cobardía o cansancio, el catalán dejaba en el banquillo a Araújo -desacertado en los últimos partidos- y a Okay Yokuslu para apostar por Aidoo y Bradaric. La otra novedad del once estaba en la tripleta ofensiva, con la presencia de Pione Sisto junto a Iago Aspas y Santi Mina.
El Celta optó por extremar las precauciones. Era clave no cometer errores. Se apostaba por la solidez atrás. Con el paso de los minutos, el equipo vigués entregaba el balón al Espanyol. La velocidad de Aidoo y el liderazgo atrás de Murillo desbarataban las ideas de los pericos, que alertaban al cuadro celeste con dos remates de Wu Lei, uno en una acción a balón parado y otro en una jugada personal.
El potencial ofensivo de los pupilos de Óscar García se diluía en la zona de tres cuartos. El error en el penúltimo pase como condena. La inexistencia del desmarque de ruptura. No había ideas o, al menos, había temor para ejecutarlas. El Celta parecía más preocupado en conceder una contra que en marcar ese gol que le acercara a la victoria que firmase la salvación. En los primeros 45 minutos, solo Murillo, en una jugada a balón parado, puso a prueba a Oier.
El primer periodo terminaría con susto. La enésima prueba al corazón del celtismo. Adrián Embarba marcaba un golazo en el descuento. Un disparo imposible para la estirada de un Iván Villar que solo pudo acariciar el esférico. Segundos antes, Bryan Gil empataba para el Leganés en Butarque. Las malas noticias nunca vienen solas, pensaría la hinchada celeste. Sin embargo, el VAR confirmaba que el tanto blanquiazul se originaba tras un rebote del esférico en el árbitro. El impacto del balón en Cordero Vega impedía a Bradaric abordar el ataque local.
El VAR indultaba la pobre primera mitad del Celta. Ese gol anulado a Embarba era un aviso, una advertencia de que el verdadero peligro estaba en no arriesgarse, en buscar el marco contrario. La estadística era letal. Ningún tiro a puerta durante los primeros 45 minutos. El guión del encuentro apenas sufría variaciones tras la reanudación. El Espanyol dominaba buscando ese tanto que le permitiera despedirse de la máxima categoría con una victoria.
Las buenas noticias solo llegaban desde Butarque. Marco Asensio acercaba la salvación para el Celta. Uno a dos. Denis Suárez pedía más tensión y cabeza a sus compañeros. El conjunto vigués se estiraba. Empezaba a pisar con más asiduidad la frontal del área perica. Precisamente, Pione Sisto fue el encargado de probar a Oier con un disparo raso. Era el primer remate entre palos del partido. Corría el minuto 70.
Ese paso adelante de los celeste permitía a Iago Aspas entrar más en juego. El moañés empezaba a hacer de las suyas, pero sus asistencias no encontraban el acierto ni de Pione Sisto ni de Santi Mina. el morracense lo intentó en una acción personal, pero su disparo encontró la buena respuesta de Oier. El duelo se abría. Espanyol y Celta buscaban el gol de la victoria. Óscar García refrescaba la sala de máquinas con Okay y Pape Cheikh por Bradaric y Beltrán. También retiraba a Brais Méndez para introducir al Toro Fernández. El de Sabadell agotaba los cambios retirando a Pione Sisto para dar entrada a Jacobo González.
En el descuento, el Toro Fernández tuvo la jugada del gol, pero el uruguayo, lento en la maniobra, fue incapaz de conectar el remate ante Oier. La prolongación continuaría con susto. Víctor Sánchez enviaba el balón al larguero. Sufrimiento hasta el final, hasta la extenuación. La jugada, no obstante, estaba invalidada por fuera de juego. La montaña rusa seguía. Minuto 96. Iago Aspas se plantó en el área perica. Su velocidad le permitía plantarse ante Oier, pero su disparo se fue fuera por milímetros.
Ficha técnica del Espanyol - RC Celta
Espanyol: Oier; Pipa, David López (Naldo, 80'), Cabrera, Didac Vila; Marc Roca (Víctor Sánchez, 80'), Pol Lozano, Embarba, Melamed (Pedrosa, 80'); Melendo (Vargas, 63') y Wu Lei (Campuzano, 72').
RC Celta: Iván Villar; Hugo Mallo, Aidoo, Murillo, Lucas Olaza; Bradaric (Okay, 78'), Fran Beltrán (Pape Cheikh, 88'), Brais Méndez (Toro Fernández, 85'); Pione Sisto (Jacobo González, 88'), Iago Aspas y Santi Mina.
Árbitro: Cordero Vega (comité cántabro). Mostró tarjeta amarilla a Didac Vila y Embarba por parte del Espanyol mientras que por parte del Celta vieron cartulina amarilla Bradaric, Lucas Olaza y Jacobo González.