Pocas veces un caramelo puede tener un sabor tan amargo. La crueldad del fútbol se ha cebado con el Coruxo. El equipo vigués rozó la gloria de seguir con vida en un torneo tan mágico e ilusionante como es la Copa del Rey. O Vao se engalanaba para recibir al Mirandés. No era un Primera, pero sí un adversario que ya había probado las mieles de la gloria en la competición del KO en el curso 2011/12, temporada en la que alcanzó las semifinales.
Los asistentes al estadio vigués disfrutaron de un partido de esos que hace afición. Del verdadero fútbol. Coruxo y Mirandés se erigieron en los máximos exponentes del deporte rey del pueblo y no de ese fútbol impasible que se ha convertido en un negocio para unos pocos. El cuadro vigués plantó cara en todo momento. Fue un duelo de tú a tú. Solo siendo valiente se pueden conseguir victorias épicas. Esa bendita locura brindaba un inicio de choque vibrante. Youssef adelantó a los locales, pero en diez minutos el Mirandés volteaba el electrónico con los tantos de Matheus Aias e Iñigo Vicente. Los pupilos de Michel Alonso reaccionaron pronto. Dos minutos después, penalti. Diego Silva transformaba desde los onces metros para restablecer la igualada inicial.
El Coruxo no tenía nada que perder. Lo fiaba todo al éxito. Parecía que no había otra salida. Quería ser el primer modesto en dar la campanada en esta eliminatoria de la Copa del Rey. Sergio González adelantaba de nuevo al equipo dirigido por Andoni Iraola. Sin embargo, hubo arreón local. Un doblete de David Añón en menos de cinco minutos, la segunda diana también desde penalti, acercaban a los de O Vao a la siguiente fase.
Los vigueses sabían administrar la ventaja. Maduraron a la perfección el encuentro. Incluso pudieron agotar los cambios en los últimos minutos del tiempo reglamentario. La siguiente ronda estaba a un paso hasta que López Toca quiso ser protagonista. El colegiado, discutido por suspender el pasado fin de semana el duelo entre el Rayo y Albacete por llamar nazi a Zozulya, se inventó un penalti en el último minuto de partido. Álvaro Rey aprovechó el regalo del árbitro cántabro y mandaba la eliminatoria a la prórroga.
La luz se iba de O Vao. Posiblemente también se le iban las ideas a López Toca. La victoria se le escapaba al Coruxo cuando ya la acariciaba. Borja Yebra y José Barril veían roja directa. El conjunto vigués estaba obligado a jugar la prórroga con dos hombres menos. El Coruxo hizo un ejercicio de supervivencia. Tiró de casta para mantener el empate. Lo logró e incluso el colegiado señaló un penalti en el área del Mirandés, pero acabó reculando.
En el último minuto de la prórroga llegaría el golpe más duro para el sueño del Coruxo. Martin Merquelanz desequilibraba el electrónico y asestaba el golpe definitivo al conjunto vigués. La Copa del Rey se convertía ya en una quimera para un equipo que rozó estar en la siguiente eliminatoria de la competición del KO. Las redes sociales e incluso el entrenador rival, Andoni Iraola, ensalzan el papel de este Coruxo que rozó la gesta. López Toca, en cambio, seguirá siendo noticia tras liarla el pasado fin de semana en Vallecas por ser el colegiado que suspendió un partido por llamar nazi a un futbolista que se fotografío con símbolos ultraderechistas.