Se avecina un domingo intenso para el personal del Celta. El club vigués ha emitido un comunicado para recordar a abonados y aficionados que la reventa de entradas y carnets "están completamente prohibidos" y que aquellas personas que intenten acceder al estadio de Balaídos utilizando alguna de estas prácticas "podrían ser retenidas en las puertas de acceso".
La entidad que preside Carlos Mouriño indica en el comunicado que las entradas que se despacharon a un precio de cinco euros por abonado están asociadas al carnet del socio correspondiente y anuncia que habrá un "dispositivo especial" para detectar este tipo de fraudes.
El Celta aprovecha el comunicado para destacar que la iniciativa de vender "exclusivamente" entradas a abonados a precio reducido solamente tiene como objetivo "llenar por completo de celtistas" Balaídos en una jornada que es toda una final para el cuadro vigués, donde necesita "más que nunca el apoyo de la grada" para conseguir tres puntos vitales para renovar su continuidad en Primera División.
Más allá de la oferta lanzada para los socios, la principal queja de una parte importante de la masa social del celtismo ha estado en la gestión de la apertura de la grada de Marcador, donde se denuncia que se ha dado prioridad a otros colectivos de la afición y no a los propios socios de la renovada bancada, que llevan tres años sin poder estar en su butaca habitual. Entre esas críticas, ha destacado la de Brais, que a través de una "carta al director" publicado en este diario se ha viralizado con el texto "Me duele el Celta".
Además de las críticas a la directiva que comanda Carlos Mouriño, el celtismo se afana en mostrar unidad en estos días previos al duelo contra el FC Barcelona, vigente campeón de la competición. El choque, para el que las localidades se agotaron en menos de un día, supondrá el lleno total de Balaídos, un lleno que tiene como gran objetivo mantener al Celta en Primera División en una temporada tan señalada y especial como la próxima, donde se conmemarará el Centenario del club.