El Celta de Óscar García, un juguete roto a la deriva

Portu, clave en la goleada de la Real Sociedad en Balaídos // REAL SOCIEDAD

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Un equipo en depresión. El Celta sigue en crisis. La alerta roja se ha convertido en una compañera de viaje del conjunto vigués en las dos últimas temporadas. Los pupilos de Óscar García continúan a la deriva. Su única esperanza para no caer en los puestos de descenso reside en los resultados de terceros. La imagen ha vuelto a ser mala. Ni se ha generado peligro, ni se ha dominado el juego en la medular ni se ha sido contundente atrás. Esas características las ha aprovechado la Real Sociedad para asestar una contundente derrota que deja tocado el proyecto de Óscar García al frente del banquillo céltico (1-4).

El primer tiempo evidenció las carencias y los fantasmas de un Celta que continúa su camino hacia la deriva. Afloran los miedos, las carencias de un equipo bloqueado, sin alma, que fue un juguete roto en manos de la Real Sociedad, ese espejo al que hace año y medio la parroquia celeste soñaba con parecerse. Los "txuri urdin", un conjunto que posee también una importante apuesta por la cantera, asaltó Balaídos simplemente sacando provecho de los errores de la escuadra viguesa para firmar un contundente triunfo que deja en la cuerda floja a Óscar García.

El fútbol siempre fue talento. Pero el fútbol actual también es intensidad. Y en este apartado, el Celta va muy necesitado. La Real Sociedad supo oler la sangra de un equipo herido. Apretó la salida de balón y al conjunto vigués se le agotaban las ideas. Óscar García agitó su dibujo táctico y devolvió a la titularidad a Rubén Blanco. Recuperó la defensa de cuatro, sorprendido con la ubicación de Fontán en el costado izquierdo en detrimento de Lucas Olaza. El sistema permitía disponer de un hombre más en la sala de máquinas. Renato Tapia, Fran Beltrán y Denis Suárez se encargarían de la creación, con un Miguel Baeza que podría sacar provecho de su buena llegada desde segunda línea.

Ese plan que se podía atisbar en la pizarra de Óscar García fue una mera utopía. Una ensoñación. La Real Sociedad dominó el esférico con claridad durante los primeros 45 minutos. El equipo vigués es cierto que pisó área rival, pero los remates de Nolito y Fran Beltrán, muy flojos, no supusieron ningún aprieto para Remiro. La acción más clara para los locales la tuvo Iago Aspas, que obstaculizado por un leve empujón de Sagnan disparó al lateral de la red de la portería "txuri urdin".

El Celta intentaba competir. Buscar ese golpe de gracia, ese halo de esperanza. Sin embargo, la Real Sociedad mostraba sobre el tapete de Balaídos sus credenciales para seguir en la cumbre de Primera División. Los pupilos de Imanol Alguacil disparaban por todos los aires la solidez defensiva del Celta. Primero fue David Silva, quien inauguró el marcador tras cabecear a la red un centro de Aihen Muñoz. Diez minutos después, Oyarzabal aprovechaba la endeblez de la zaga celeste para abrir brecha en el marcador. El paradón de Rubén Blanco no impidió que el atacante "txuri urdin" enviase el esférico a la jaula con un sutil golpeo con el muslo.

Dos goles. Una distancia insalvable. El Celta no competía. No lograba dominar a una Real Sociedad que sanaba en Balaídos las heridas que sufrió el pasado jueves en la derrota ante el Nápoles. Óscar García reordenaba el sistema. Del 4-4-2 al 4-4-2. Las modificaciones continuarían tras el descanso. El entrenador celeste daba entrada a Aidoo y Brais Méndez por Araújo y Baeza. Imanol también refrescaba su ataque. Daba descanso a Oyarzabal, su estrella, para ingresar al combativo Portu. Precisamente, el exatacante del Girona caricaturizó a Murillo, muy lejos de su nivel de la pasada campaña, para robarle la cartera y, solo ante Rubén Blanco, regalarle el gol a su compañero Willian José.

El Celta seguía sin generar peligro. Solo Iago Aspas, que transformó un dudoso penalti provocado por Brais Méndez, puso algo de suspense a la recta final del choque. El tanto del moañés fue mero alimento para los más optimistas. Para los soñadores. Portu se encargó de asestar un nuevo varapalo para esa cofradía del 4%. Volvió a mostrar la lentitud de Murillo, le ganó también por velocidad a Fontán y volvió a ponerle un lazo al balón para que Willian José firmase su segunda diana de la tarde.

El gol del delantero brasileño sentenciaba el choque. Derrota contundente. Dura. El Celta se desgarra todavía más. Aumenta sus heridas. Profundiza sus miedos. La pesadilla, el Halloween que sufrió el conjunto vigués un día después, acabó con la expulsión de Fontán por doble amarilla, que causará baja la próxima jornada. La esperanza es la de las dos últimas temporadas, que haya tres equipos con peores resultados para no caer en la zona de descenso. El partido deja en la cuerda floja el proyecto de Óscar García. Veremos qué decisión adopta el club. La próxima cita se prevé clave para frenar la deriva en la que se encuentra el cuadro celeste. El choque ante el Elche es fundamental para dar un punto de inflexión que, en estos momentos, parece mera ciencia ficción

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Ficha técnica del RC Celta - Real Sociedad

RC Celta: Rubén Blanco; Sergio Carreira, Araújo (Aidoo, 46'), Murillo, Fontán; Renato Tapia, Fran Beltrán (Santi Mina, 57'), Baeza (Brais Méndez, 46'), Denis Suárez; Nolito (Emre Mor, 66') y Aspas.

Real Sociedad: Remiro; Gorosabel (Guevara, 65'), Le Normand, Sagnan, Aihen Muñoz; Zubimendi, Guridi (Arambarri, 65'), Oyarzabal (Portu, 46'), Barrenetxea (Merquelanz, 71'); David Silva (Roberto López, 78') y Willian José.

Goles: 0-1: David Silva (23'); 0-2: Oyarzabal (33'); 0-3: Willian José (53'); 1-3: Iago Aspas (penalti) (77'); 1-4: Willian José (81').

Árbitro: Cordero Vega (comité cántabro). Mostró tarjeta amarilla a Guridi, David Silva, Zubimendi, Aihen Muñoz y Le Normand por parte de la Real Sociedad. Expulsó por el RC Celta a Fontán (90+3') por doble amarilla.

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