La nueva normativa del Gobierno sobre el uso obligatorio de la mascarilla ha despertado incertidumbre sobre su empleo en el deporte al aire libre. El texto elaborado por el Ministerio de Sanidad y consensuado ayer con las comunidades autónomas levanta el veto sobre las actividades deportivas, algo que no convence a la Xunta de Galicia. El presidente del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo, lamentó "las contradicciones" del documento y la "incertidumbre" que generan entre los gallegos.
"No tiene mucho sentido que una persona que camine por la playa tenga que llevar mascarilla y otra que corre, no", ejemplificó el máximo mandatario autonómico sobre su crítica al anexo añadido a la ley que regula el uso obligatorio del material de protección ante la COVID19. El presidente de la Xunta confirma, a la pregunta formulada por este diario, que el Ejecutivo gallego ha decidido exigir el uso de la mascarilla en aquellas actividades deportivas que se realicen "en contacto con otras personas viandantes, en zonas urbanas o zonas de aglomeración" tras consultarlo a la asesoría jurídica.
Por lo tanto, hacer running sin mascarilla es prácticamente una utopía en la comunidad gallega. A efectos prácticos, resulta casi imposible correr en espacios como el circuito del Parque de Castrelos, Samil o el paseo del Lagares sin cruzarse con otras personas. De este modo, la Xunta determina que el empleo del cubrebocas será obligatorio en este tipo de casos.
Núñez Feijóo, que puso en duda "la calidad legislativa del Gobierno" tras la realización de la norma que regula el uso de la mascarilla, sí agradeció al Ministerio de Sanidad que incluyese en el anexo de "actividades incompatibles" con el empleo del cubrebocas los baños en playas, ríos, pozas o zonas de baño, así como cuando se reposa en la toalla, siempre y cuando se mantenga la distancia de seguridad interpersonal de 1,5 metros con aquellas personas que no sean convivientes.