Unzué se ha dedicado a dar sorpresas. No son como aquellas a las que nos teníamos habituados Luis Enrique, que, al final, daban alegrías. El preparador navarro se decanta por decisiones extrañas. Primero descartó a Emre Mor y, este sábado, dio la titularidad a Lucas Boyé en una tripleta ofensiva completada por los indiscutibles Iago Aspas y Maxi Gómez. En el once, la buena noticia era el retorno de Daniel Wass y de Gustavo Cabral en detrimento del Tucu Hernández y Facundo Roncaglia. (1-1)
Las modificaciones no surtieron el efecto esperado en la imagen del equipo. El Celta sigue siendo un conjunto plano, previsible. Aspira a dominar el partido desde la posesión, pero le falta la pasión de antaño para juguetear con un adversario que le basta con la testiculina para plantarle cara. Ese ha sido el plan del Athletic. Su estilo directo, donde es clave el juego aéreo, ha sido suficiente para poner contra las cuerdas a un cuadro celeste que careció de profundidad durante la mayor parte del partido.
El encuentro mostró a un Celta que recordó sobre todo al de los últimos encuentros. Primera hora para olvidar y treinta minutos finales de arreón que, en esta ocasión, sí obtuvo recompensa. El choque de San Mamés demuestra a Unzué que su equipo necesita hombres de banda, jugadores como Pione Sisto, Emre Mor o Brais Méndez que tienen veneno en los metros finales. El preparador navarro rectificó a tiempo. Brais Méndez culminó una preciosa jugada colectiva. Era su primer gol en la élite, un tanto que permite mantener al Celta en la lucha por esa séptima plaza que podría dar acceso a disputar la Europa League la próxima campaña.
Pero la aportación del mosense no fue la única que resultó determinante. Pione Sisto también cuajó un buen papel, mucho más incisivo que el voluntarioso Boyé o que Nemanja Radoja. También el Tucu Hernández, todo un especialista en el juego aéreo, dio otro empaque a un Celta que, por lo menos, pudo salir vivo de su visita a San Mamés. Por su parte, el Athletic mostró de nuevo sus carencias. Su fuerte son los centímetros y esa virtud estuvo a punto de darle los tres puntos. Unai Gómez adelantó a los locales en los primeros minutos del segundo acto. El zaguero recogió un rechace en el área celeste tras un remate de cabeza de Raúl García al palo.
Lo mejor del partido estuvo en su desenlace. No por el tanto del Celta, sino porque el duelo enloqueció. El equipo vigués incluso pudo noquear a los leones de Ziganda. Hugo Mallo coqueteó con el gol del triunfo, pero su potente chut desde fuera del área se encontró con un gran Kepa y con la madera de la portería local.
No había ya tiempo para más. Una pena. El Celta suma un punto para seguir creyendo, un punto que permite a Unzué no caer de nuevo en sus errores. Su equipo mostró dos caras. Una antes de la entrada de Pione y Brais y otra completamente opuesta tras el ingreso en el verde del danés y el mosense. Una lección para tomar nota. Por lo demás, poco peligro en la zona de tres cuartos. Antes del tanto del canterano, el cuadro celeste sólo había generado peligro en un remate de Íñigo Martínez y un cabezazo de Maxi Gómez. Un bagaje demasiado escaso para un conjunto que tiene el fútbol preciosista como una de sus señas de identidad.
El próximo sábado 7 de abril, ocasión inmejorable para "reconquistar" las opciones europeas. El Celta recibe al Sevilla, un rival directo. Será una nueva final, una nueva oportunidad para que Europa no se convierta simplemente en una quimera.
Ficha técnica del Athletic - Celta:
Athletic: Kepa Arrizabalaga; De Marcos, Unai Núñez, Íñigo Martínez, Balenziaga (Lekue 81'); San José, Iturraspe, Susaeta, Córdoba (Aduriz, 71'); Raúl García (Beñat, 78') e Iñaki Williams.
RC Celta: Sergio; Hugo Mallo, Cabral, Sergi Gómez, Jonny; Lobotka, Radoja (Brais Méndez, 73'), Wass (Tucu Hernández, 63'), Iago Aspas, Lucas Boyé (Pione Sisto, 63') y Maxi Gómez.
Goles: 1-0: Unai Núñez (55'); 1-1: Brais Méndez (91').
Árbitro: Del Cerro Grande (comité madrileño).