El Celta volvió a dar la cara ante un coloso. El tuteo es una constante de este equipo. Da igual la entidad del adversario o el contexto en el que se libre la batalla. Ante el Real Madrid, el equipo vigués olvidó el cansancio. Asumió el enfrentamiento frente al vigente campeón de Europa y del mundo con valentía, sin excusas de cansancio y cambiando de proeza a proeza, de la hazaña de noquear al Barça en Copa a hurgar en la herida blanca en el torneo doméstico.
Unzué confirmó quiénes son sus indiscutibles. El tridente ofensivo y los laterales son fijos para el preparador navarro. El resto, un equipo distinto al del pasado jueves. Con medio once distinto, el Celta puso en apuros al Real Madrid. Dominó el esférico y opositó pronto a firmar la hazaña. Iago Aspas fue el primero en avisar. El moañés remató de primeras un buen centro de Hugo Mallo, pero el palo evitó la primera diana del año de la estrella del Celta.
El cuadro celeste siguió creyendo. No bastaba con soñar, sino que los pupilos de Unzué manejaban a su adversario desde la posesión del balón. El Real Madrid lo fiaba todo a la contra, a la velocidad de Bale y Ronaldo. El esfuerzo del Celta tuvo recompensa. Pasada le media hora de juego, una asistencia de Aspas a Wass dejaba al danés sólo ante Keylor Navas. El nórdico, con tiempo para definir, rompió el cerrojo visitante con una bella vaselina.
La alegría duró poco. Dos jugadas similares, dos balones al espacio buscando la carrera de Bale y dos tantos del atacante galés. En cinco minutos, el Real Madrid remontaba el gol inicial de Daniel Wass. Hasta entonces, Rubén Blanco sólo tuviera que intervenir en un disparo a media distancia de Luka Modric.
El Celta supo encajar el golpe. Los valientes desconocen el sabor de la lona. Jamás la han besado. El equipo vigués siguió confiando en sus posibilidades. Es la ley del rebelde, del que tiene el desafío a los poderosos como rutina. Jonny dio el primer aviso con un remate desde fuera del área que se fue alto por centímetros. El partido era cada vez más del Celta. La locura se desató con el claro penalti de Navas sobre Aspas. El morracense perdonó. Su remate desde los once metros lo despejó Keylor Navas, el único portero de Primera que evitó el gol del diez celeste desde el punto fatídico.
El equipo de Unzué no se rindió. Continuaron las ocasiones, las llegadas, las heridas a un Real Madrid que podría perder definitivamente sus opciones en Liga. Cuando parecía que iba a llegar el indulto, Maxi Gómez cabeceó a la red un gran centro de Wass.
Quedaban ocho minutos. El Celta no defendió el resultado. Quiso más. Venció al cansancio. No se trataba de sobrevivir, sino de noquear al Real Madrid. Iago Aspas volvió a caer en El área tras ser derribado por Marcelo. El colegiado no señaló nada. Le pudo el miedo, un temor que no tuvo el cuadro celeste, que neutralizó sin problemas el ataque blanco liderado por un impotente Cristiano Ronaldo.
El Celta vuelve a ver de cara a los gigantes. Se repitió el resultado de Copa de la pasada temporada. El equipo vigués se confirma como el rebelde del fútbol español. No sólo tutea. Sobrevive. Es inexpugnable ante la adversidad y al favoritismo arbitral con los grandes. El Real Madrid araña un punto con polémica, con un gol de Bale en posición dudosa, con un penalti errado por Aspas que se debió haber repetido y con otra pena máxima no señalada a los de Unzué. El próximo jueves, nueva oportunidad de este valiente y noble Celta para romper el orden establecido.
Ficha técnica del Celta - Real Madrid
RC Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Jonny; Radoja (Lobotka, 73’) Hernández, Wass (Jozabed, 91’); Iago Aspas, Pione Sisto (Emre Mor, 73’) y Maxi Gómez.
Real Madrid: Keylor Navas; Achraf, Varane, Nacho, Marcelo; Casemiro, Modric (Lucas Vázquez, 76’), Kroos, Isco (Kovacic, 77’); Bale (Marco Asensio, 84’) y Cristiano Ronaldo.
Goles: 1-0: Wass (33’); 1-1: Bale (36’); 1-2: Bale (38’); 2-2: Maxi Gómez (82’).
Árbitro: Jaime Latre (comité aragonés). Mostró tarjeta amarilla a Hugo Mallo y Aspas por parte del Celta mientras que por parte Del Real Madrid vieron la cartulina amarilla Keylor Kavas y Casemiro.