Vigo y su área dejan patente su compromiso con la Tierra. Lo hacen gracias a la expedición que forman Chus Lago, Verónica Romero y Rocío García. Las tres alpinistas recorren desde hace once días el lago Baikal, el lago más antiguo del planeta y también el que posee el mayor depósito de agua dulce. La denominada "perla de Asia" es una gigantesca masa de agua ubicada en el centro de Siberia que se extiende 31.494 kilometros cuadrados de norte a sur. Es, además, hogar de un centenar de especies endémicas y está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Chus Lago y sus compañeros están atravesando el Baikal de sur a norte en una travesía que persigue un doble objetivo: cumplir un reto deportivo y ser una llamada de atención sobre los efectos que el cambio climático tiene para los ecosistemas de las regiones polares.
En los últimos 100 años, el Baikal ha experimentado un aumento de temperatura de 1,2 grados que provoca que ahora se congele durante 18 días menos al año. Las deportistas están experimentando en su aventura un grosor de "permafrost" (la capa helada que cubre la superficie del lago de febrero a abril) menor al esperado, que las obliga a avanzar con extrema cautela y arrimarse a la orilla para hacer noche. En las breves comunicaciones que se han podido establecer con las alpinistas, han señalado que el hielo al moverse hace unos ruidos ensordecedores que no cesan ni de día ni de noche y se han encontrado con fracturas de hasta cuatro metros de ancho.
La travesía recorrerá un total de 700 kilómetros, repartidos en aproximadamente 30 días, durante los que las deportistas no realizan paradas de avituallamiento y duermen acampadas sobre el propio lago helado, soportando temperaturas de 30 grados bajo cero y cargando en trineos de unos 80 kilos de peso con todo lo necesario para sobrevivir durante un mes en un entorno tan hostil.