Aspas no fue la única ausencia sobre el verde de Vallecas. Lo vivido en el feudo del Rayo Vallecano (4-2) no se trata solo de maldiciones. El Celta es un equipo que no solo añora al crack moañés. Es un conjunto sin alma, que se ha olvidado de la Afouteza que le llevó a soñar con conquistar Europa hace solo dos años. El cuadro celeste sucumbió ante el cuadro franjirrojo. Sufre su tercera derrota consecutiva de la competición doméstica y, en estos momentos, la realidad sitúa a los vigueses a un paso de caer a los puestos de descenso.
Los problemas defensivos de Juncá
El ex del Eibar llegó para suplir la marcha de Jonny. El catalán destaca por sus buenas incorporaciones al ataque, aunque flaquea en labores defensivas. Sus características se están cumpliendo casi a la perfección. Sus problemas para cubrir sus espaldas son un nuevo punto débil en una zaga muy frágil, una retaguardia que se ha consolidado como una de las peores de la máxima categoría.
Posesión sin peligro ni elaboración
La posesión es importante, pero con matices. El Celta apenas creó peligro sobre el área del Rayo Vallecano. Los dos goles de los de Miguel Cardoso nacen de una acción a balón parado y de un penalti. Dimitrievaski apenas ha tenido trabajo. La otra acción peligrosa para el guardameta franjirrojo fue un remate de falta de Maxi Gómez que se estrelló contra la madera.
Falta un líder, falta de corazón
Se entiende que un equipo note la falta de Iago Aspas. Sin embargo, el encuentro del Celta en Vallecas dejó a un equipo con corazón (el Rayo) y otro sin alma. El equipo vigués apenas puso en aprietos a un Rayo Vallecano que encerró en su campo a los de Miguel Cardoso. Una de las claves para sorprender a los discípulos de Michel estaba en realizar una presión alta. Sin embargo, el cuadro celeste apenas trenzó jugadas de peligro en campo rival.
Rubén Blanco evitó una derrota más abultada
Posiblemente, el mejor hombre del Celta sobre el verde de Vallecas fue Rubén Blanco. El guardameta mosense recibió cuatro tantos, pero hizo varias intervenciones de mérito -sobre todo una a De Tomás y otra a Trejo- que permitieron al conjunto vigués llegar con vida en el marcador hasta el minuto 90.
La venganza de Raúl de Tomás
El partido de Raúl de Tomás tuvo cierta dosis de revancha. El futbolista era en 2013 uno de los jugadores más prometedores de la cantera del Real Madrid. En categoría Juvenil, los blancos eran los favoritos, según los expertos, para conquistar la Copa de Campeones que se disputaba en Vigo. El Celta -de la hornada de David Costas y Santi Mina- batía al Real Madrid en un encuentro vibrante.
Raúl de Tomas sucumbió aquella lluviosa tarde en A Madroa. Era uno de sus primeras oportunidades para mostrar sus condiciones. En Vigo no aprovechó ese escaparate. Sin embargo, en las filas del Rayo Vallecano ha demostrado que tiene potencial para convertirse en uno de los delanteros más importantes de la máxima categoría en los próximos años. El Celta ha sido su primera gran víctima. De naufragar en A Madroa a endosar un "hat trick" que da vida al cuadro franjirrojo y acerca al conjunto vigués al precipicio.
Ficha técnica del Rayo Vallecano - RC Celta
Rayo Vallecano: Dimitrievski; Velázquez, Abdoulaye Ba, Amat; Advincula, Imbula (Álvaro Medrán, 74'), Santi Comesaña, Óscar Trejo (Bebé, 73'), Álex Moreno; Embarba (Álvaro García, 61') y Raúl de Tomás.
RC Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Cabral, Araújo, Juncá; Okay, Fran Beltrán (Lobotka, 77'), Jozabed (Dennis Eckert, 81'); Brais Méndez, Boufal (Pione Sisto, 81') y Maxi Gómez.
Goles: 1-0: Raúl de Tomás (3'); 1-1: Araújo (13'); 1-2: Maxi Gómez (penalti) (18'); 2-2: Raúl de Tomás (37'); 3-2: Raúl de Tomás (77'); 4-2: Bebé (90').
Árbitro: Alberola Rojas (comité castellano-manchego). Mostró tarjeta amarilla a Abdoulaye Ba, Advincula, Velázquez y Bebé por parte del Rayo Vallecano mientras que por parte del Celta vio cartulina amarilla Brais Méndez.