Se impuso la lógica. El Celta no pudo neutralizar el efecto Zidane. El equipo vigués mostró algún ligero brote verde. Sin embargo, continúa inmerso en una crisis existencia, un bache futbolístico que ha desencadenado en una depresión que todo indica que solo puede reconducir Iago Aspas.
El problema del Celta no reside en caer en el Santiago Bernabéu. Es la imagen. Es, incluso, la senda y las sensaciones que desprende el cuadro celeste desde que arrancó el 2019. El Celta está herido desde el pasado 22 de diciembre. Ese día se lesionaba Aspas en el Camp Nou. La esperanza ahora es que en esa pesadilla del coliseo azulgrana al Santiago Bernabéu, emerja de nuevo la influencia que ejerce el morracense sobre el verde.
El conjunto vigués está triste. Ante el Real Madrid le faltó la rebeldía de las grandes citas. El Celta tuvo opciones de sorprender a Keylor Navas. De hecho, el meta costarricense evitó en los primeros minutos de partido el gol de Maxi Gómez.
El duelo, además, arrancaba con el enésimo contratiempo para el conjunto de Fran Escribá. Juncá se lesionaba a los cinco minutos de juego, una ausencia que obligó a recomponer la defensa. Kevin, que suplía al sancionado Hugo Mallo, pasaba al lateral zurdo mientras que David Costas actuaría en el costado derecho. Wesley Hoedt era el elegido para el eje de la zaga celeste.
El Celta sobrevivió durante los primeros 45 minutos. Bien plantado tácticamente, aunque sin aportar la sensación de peligro en los metros finales. Maxi Gómez pierde incidencia cuando se aleja del área rival, Pione Sisto sigue en plena crisis creativa mientras que Sofiane Boufal continúa siendo un alma libre, un jugador individualista que tiene condiciones, pero que demuestra jornada a jornada que no merece ser titular.
En el segundo acto el Real Madrid puso una marcha más. Luka Modric batía a Rubén Blanco, pero el VAR sancionaba el tanto del croata por fuera de juego de Varane. Poco después, la sala del VAR sí validó el tanto de Isco, un gol con polémica por la situación de Karin Benzema, asistente del malagueño en la diana que inauguraba el electrónico.
Fran Escribá movía el banquillo. Apostaba por Hjulsager y Fran Beltrán en detrimento de Boufal y Okay. Los cambios apenas cambiaron el devenir del partido, un destino que sentenció el Real Madrid. Gareth Bale, que mereció la roja directa antes del intermedio por un brutal codazo a Kevin, ponía la puntilla a las esperanzas de un Celta que fue demasiado inocente en su intento de asaltar el Santiago Bernabéu.
La derrota mantiene al equipo vigués en los puestos de descenso. Llega el parón liguero. Tras este paréntesis, el Celta jugará dos finales por la salvación, dos encuentros ante Villarreal y Huesca en los que la gran esperanza es Iago Aspas. El celtismo espera que con el moañés se vaya la depresión y regresen la aufoteza y el corazón.
Ficha técnica del Real Madrid - Celta
Real Madrid: Keylor Navas; Odriozola, Varane, Ramos, Marcelo; Kroos, Modric (Fede Valverde, 77'), Isco (Ceballos, 63'); Asensio, Bale y Benzema (Mariano, 82').
RC Celta: Rubén Blanco; Kevin, David Costas, Araujo, Juncá (Hoedt, 5'); Okay (Fran Beltrán, 75'), Lobotka; Boufal (Hjulsager, 68'), Brais Méndez, Sisto; y Maxi Gómez.
Goles: 1-0: Isco (62'); 2-0: Bale (77').
Árbitro: Martínez Munuera (comité valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Bale por parte del Real Madrid.