El corazón de Vigo asiste a la gran fiesta del celtismo. El club vigués retransmite en directo el acto que ha programado para abrir las puertas de su nueva sede social, un hogar que está ubicado en la céntrica calle de Príncipe y que albergará el restaurante Silabario desde el que se podrán disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad; el gastrobar La Gambeta, tiendas, una clínica deportiva, las oficinas de la entidad viguesa y una residencia para deportistas.
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La fiesta del celtismo comenzó sobre las 12:00 horas en los aledaños de Príncipe. Praza da Constitución fue el escenario de un espectáculo de animación en la calle destinado para los más pequeños. El gran momento llegará a las 17:30 horas con la apertura oficial de la sede. Media hora después está programada una concentración de la afición en el Museo Marco y a partir de las 19:00 horas arrancará un gran concierto con las actuaciones de Roi Méndez, Cepeda, Wöyza, Xose Manuel Budiño, Miguel Costas y DJ Lagartija
El acto cuenta con la presencia de representantes de autoridades como el alcalde de Vigo, Abel Caballero; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor; el vicepresidente del Ejecutivo autonómico, Alfonso Rueda; el presidente de la Federación Gallega de Fútbol, Rafael Louzán; o la secretaria xeral para o Deporte, Marta Míguez Telle. La jornada cuenta con una parte de los actos a puerta cerrada, incluido un concierto privado que tendrá lugar en el "Salón Regio" y al que sólo acudirá un grupo de aficionados del Celta que han sido agraciados en un sorteo. El recital, en formato acústico, estará protagonizado por Roi Méndez, Cepeda y Miriam, los tres concursantes gallegos que han participado en la última edición de Operación Triunfo.
La expectación ya esta máxima a última hora del viernes. Decenas de personas asistían ya al montaje del escenario que está justo en el exterior de la nueva sede Celta. El propio presidente del club, Carlos Mouriño, observaba cómo marchaban los trabajos de los operarios, que también daban los últimos retoques a la "nueva casa" del club vigués.