El sufrimiento como compañero de viaje. El Celta mejoró sus prestaciones con respecto al pésimo partido ante el Villarreal. Hubo intensidad. Actitud. El cuadro celeste saltó al José Zorrilla con un once más reconocible. Recuperó la defensa de cinco, con la titularidad de Kevin en detrimento del lesionado Hugo Mallo mientras que en la medular regresaron al once Okay Yokuslu y Fran Beltrán por Bradaric y Pape Cheikh. La otra modificación era la entrada de Fedor Smolov como acompañante de Iago Aspas en ataque.
El conjunto vigués mostraba en la recta inicial del choque su intención de llevar la iniciativa. Líneas juntas y solidaridad colectiva permitían sostener a un cuadro blanquivioleta que destaca por su fútbol directo y la amenaza de sus dos atacantes, Ünal y Guardiola. El primer acto se desarrollaba apenas sin ocasiones. Solo una buena internada de Toni Villa obligó a Rubén Blanco a despejar a saque de esquina el peligroso centro del extremo pucelano.
En el segundo periodo se vería la mejor versión del Celta. Los de Óscar García llevaron en todo momento la manija del duelo. Al Real Valladolid no le disgustaba el empate. Tampoco ese guión de partido, donde esperaban sorprender a la contra. Sin embargo, la defensa de cinco convierte la zaga céltica en una muralla. Es una garantía de solidez, pero esa fortaleza se convierte en una debilidad en ataque, un duro peaje para un conjunto que necesita generar ocasiones de gol para empezar a sumar de tres en tres.
El Celta logró acorralar a su adversario. Iago Aspas, primero, con un buen remate desde la frontal que se topó con una buena mano de Masip y, posteriormente, un disparo de Fran Beltrán, que también despejó el meta blanquivioleta, eran las opciones más claras de los celestes para conquistar Pucela. Sin embargo, en el ecuador del segundo acto, llegaba la oportunidad perfecta. Mano de Alcaraz en el área. Gil Manzano señaló el punto de penalti. Era el momento soñado. Nada podía fallar. Iago Aspas acariciaba el balón. El celtismo se relamía. La victoria parecía a un paso. El moañés, quizás confiado por la nueva normativa que impide al portero salir de la línea de gol, ajustaba su disparo al palo izquierdo de la portería local. Masip voló, sacó sus manos y evitó el tanto del internacional español.
Era un golpe psicológico, el clásico varapalo que sufre todo equipo que lucha por la vida semana a semana. Tocaba rehacerse. Óscar García solo había realizado un cambio. El ingreso de Denis Suárez supuso la retirada de Smolov. El de Salceda de Caselas, una de las grandes noticias del partido, aportaba creatividad en la zona de tres cuartos a costa de retirar a un definidor como el ariete ruso. Es el peaje de mantener a la defensa de tres centrales.
El guión del partido seguía inamovible. El Celta buscando esa acción que le diera el gol de la victoria, el tanto que dieran el botín de tres puntos vitales para acercarse a la permanencia. Óscar García solo rompía la zaga de cinco en el descuento. Retiraba a Kevin Vázquez, bastante castigado físicamente, para dar entrada a Brais Méndez. Es el cambio del miedo. De las dudas. La entrada del mosense apenas pudo aportar en los dos minutos que estuvo sobre el verde. Eso sí, Denis Suárez sí dispuso de la última ocasión para asaltar Pucela, aunque su remate no encontró portería.
Empate sin goles. El Celta consolida su solidez atrás, pero su hemorragia ofensiva es preocupante. Cuatro partidos sin perforar el marco contrario que mantienen al cuadro celeste muy cerca del descenso. Este domingo, a las 14:00 horas, enésima final ante un rival directo en la lucha por la salvación como el Alavés.
Ficha técnica del Valladolid - Celta
Real Valladolid: Jordi Masip; Javi Moyano, Joaquim Fernández, Salisu, Nacho Martínez; Michel Herrero (Pablo Hervias, 62'), Rubén Alcaraz, Óscar Plano (Fede San Emeterio, 62'), Toni Villa (Waldo, 75'); Enes Ünal y Sergi Guardiola (Ben Arfa, 75').
RC Celta: Rubén Blanco; Kevin (Brais Méndez, 92'), Aidoo, Murillo, Araújo, Lucas Olaza; Okay, Fran Beltrán, Rafinha; Iago Aspas y Smolov (Denis Suárez, 64').
Árbitro: Gil Manzano (comité extremeño).