La transformación que experimenta Balaídos es algo así como una operación a corazón abierto. Basta con pasear cada día por el entorno del templo del celtismo para comprobar cómo avanza tanto la ampliación del aforo como los primeros pasos de la construcción de la nueva grada de Gol.
Porque la reforma de Balaídos ya no es solo culminar la creación de la última bancada que crear. La actuación ha evolucionado ante ese deseo de ser sede del Mundial 2030 y, además, con esa ilusión que supone acoger en este curso futbolístico la Europa League con el Celta de Claudio Giráldez.
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El estadio municipal vigués ya luce estos días una parte de esa mejora necesaria para cumplir los requisitos de la FIFA, sobre todo el del aforo, para acabar siendo sede del Mundial 2030. En el entorno de Balaídos se contemplan tanto las gradas supletorias de Gol -con un total de 396 asientos- y la plataforma instalada ya de forma permanente en Marcador Alto -418 butacas más-. Estos más de 800 asientos permite aumentar el aforo de un Balaídos que actualmente está inmerso en la obra de construcción de la nueva grada de Gol, bancada que se prevé que esté finalizada en febrero de 2027.
El proyecto del Concello para que Balaídos sea sede del Mundial 2030 tiene como elemento principal la reforma de la grada de Tribuna, unos trabajos que permitirían contar con un aparcamiento subterráneo por el que accederían los equipos y supondría recolocar el tapete del templo del celtismo, algo fundamental para poner fin a la escasa visibilidad que hay desde Marcador.