Cambio de rumbo importante en el Celta. La entidad que preside Marián Mouriño ha anunciado este martes que Rafa Benítez y su cuerpo técnico se desvinculan del club vigués, lo que supone que el cuadro celeste afronte los diez últimos partidos de Liga con un nuevo entrenador en busca de certificar la salvación en Primera División. Ni el empate en Cádiz ni el triunfo frente al Almería de hace dos semanas han sido crédito suficiente para mantener la confianza en el preparador entrenador hasta la finalización de la presente temporada.
La eliminación copera frente a la Real Sociedad dio paso a una época complicada en la grada, con un sector importante de la afición entonando el "Benítez vete ya" en los encuentros que el Celta disputó en Balaídos. El debate se volvió todavía más virulento en las redes sociales. La goleada encajada ante el Real Madrid ha precipitado los hechos. Pese a los mensajes de confianza de Marián Mouriño hacia Benítez, que reiteró en diversas ocasiones que su proyecto en Vigo "era de tres años, los caminos entre el club vigués y el exitoso entrenador madrileño se separan justo cuando la temporada encara su recta final y decisiva.
El Celta de Benítez destaca por un rendimiento cuanto menos curioso. La temporada está siendo extraña. El equipo vigués comenzó la campaña, ilusionante al conmemorarse el Centenario, realizando buen juego, pero los errores arbitrales llevaron a cosechar malos resultados, unos registros que no se mejoraron a medida que avanzaba el curso futbolístico. La imagen del equipo fue a menos, lo que acabó por agotar la paciencia de una parte de la afición en un entrenador que cosechó importantes éxitos al frente de conjuntos como Liverpool, Nápoles o Inter de Milan. La etapa del preparador madrileño, además de los contratiempos del VAR, también será recordada por los goles encajados en los minutos finales, que impidieron al cuadro celeste estar en una posición más tranquila en la tabla clasificatoria.