Fue breve, pero sirvió para poner el lazo a los 57 días que ha durado la última edición de la Navidad de Vigo. Casi con puntualidad británica, Abel Caballero, acompañado de una buena parte de su Gobierno municipal y su pareja, Cristina, entraban en el Árbol de Navidad desde la parte alta de Porta do Sol para protagonizar el acto de apagado de los once millones de luces led que han decorado durante casi dos meses alrededor de 450 calles de la ciudad olívica. Y no solo eso, sino que han consolidado a la urbe gallega en uno de los grandes destinos navideños de la Península al atraer durante todo este periodo a un buen número de visitantes de Portugal.
La meteorología no acompañaba. La jornada de este domingo ya fue extraña, con algún claro durante el día que dejaba paso a cielos grises y lluvias intermitentes. De hecho, al poco de hacer acto de presencia Abel Caballero un pequeño chaparrón obligaba a abrir los paraguas a las decenas de personas que acudieron a Porta do Sol para ser testigos de cómo el regidor vigués pulsaba el botón que ponía el fin a la Navidad de Vigo. El máximo mandatario municipal admitió que tanto él como algunos vecinos de la ciudad con los que conversó antes del acto de esta tarde "sentir nostalgia" por terminar esta cita que desató "la ilusión" durante casi dos meses.
Pero Abel Caballero quiso destacó "el papel que juegan los sueños" y puso en valor el poder que tiene la Navidad y, en concreto, el importante número de personas que han venido a la ciudad olívica a "admirar el arte de las luces de la Navidad de Vigo". "Hicimos de la Navidad de Vigo la Navidad del mundo, la Navidad de todos", expresaba el regidor de la ciudad olívica ante ese ejército de fieles que esta tarde han querido desafiar a los elementos para disfrutar de la "guinda" la Navidad de Vigo.
El alcalde de la urbe gallega señaló que el apagado de este domingo 15 de enero es también "el inicio de la cuenta atrás de las próximas navidades" y ya invitó a los turistas a que reserven para los meses de "noviembre, diciembre y enero". Abel Caballero aseguró ante el público que estas Navidades han sido "las mejores que hubo nunca en el planeta". Tras la cuenta atrás, en castellano y en gallego, el máximo mandatario municipal apretó el botón que apagó los once millones de luces led de la Navidad de Vigo y desató ese "ohhhh" que invadió Porta do Sol. La oscuridad llenó el corazón de la ciudad olívica en un acto donde, en esta ocasión, no hubo espectáculo lumínico-musical.