La Oficina Técnica da Seca de la Xunta de Galicia ha decidido este viernes elevar el nivel de alerta en los sistemas de Zamáns y Baíña, que abastecen de agua a los municipios de Nigrán, Baiona y parte de Vigo, declarando la situación de alerta por escasez.
En la reunión, presidida por la directora de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, se han analizado los datos de las distintas cuencas de la demarcación Galicia-Costa y se ha constatado la continuidad de la "anomalía hidrológica" que se registra desde principios de año, por la escasez de lluvias.
Así, los caudales circulantes continúan en valores inferiores a los habituales en esta época del año, un 30% por debajo de la media de los últimos diez años, a pesar del "pico muy puntual" registrado debido a las lluvias entre el 12 y el 15 de septiembre.
Por su parte, la ocupación de los embalses en esta demarcación hidrográfica (un 61,58 %) también está un 13 % por debajo del promedio histórico y un 17 % por debajo de los valores de 2021. A ello se suma que el mes de agosto fue "seco y extremadamente cálido", con precipitaciones por debajo de la media, aunque ha sido en esta zona donde más se han concretado las pocas lluvias y se ha podido frenar el empeoramiento de la situación.
En ese escenario, se ha elevado el nivel de alerta en los subsistemas de Zamáns y Baíña, pasando a situación de alerta por escasez, y la Oficina Técnica da Seca recomiendo aplicar las medidas oportunas en los sistemas municipales de abastecimiento de Nigrán, Baiona y una parte pequeña de Vigo. Si bien el Concello olívico anunció hace semanas que dejaba de captar agua del embalse de Zamáns para evitar problemas de abastecimiento a Nigrán y Baiona.
Estas medidas suponen aplicar un régimen de caudales ecológicos de sequía en los ríos Zamáns y Baíña, que permitirá a los explotadores de estos embalses recudir el caudal que se deja pasar aguas abajo de estos ríos.
Ampliación de prealerta
La Oficina Técnica da Seca también ha acordado ampliar la prealerta por escasez a nuevos sistemas: el sistema 1, que abarca los ríos Verdugo y Oitavén, y las rías de Vigo y Baiona; y el sistema 2, que engloba la costa de Pontevedra.
La situación de escasez del río Verdugo y Oitavén, ha apuntado la Xunta, viene determinada en gran medida "por la capacidad del embalse de Eiras para garantizar el abastecimiento a todos los ayuntamientos que se suministran de él".
Aunque este embalse se encuentra al 73 % de su capacidad, "la preocupación de los técnicos viene derivada por la imposibilidad actual de aprovechar toda el agua disponible", ya que al bajar el nivel de ocupación del 37%, la estación potabilizadora de O Casal, en Vigo, tiene problemas para tratar el agua.
Al respecto, Augas de Galicia ha señalado que, tras preguntar al Concello de Vigo por la situación de esa potabilizadora, inmersa en obras de reforma, sin obtener respuesta, se consideró "prudente" suponer que la planta tiene "las mismas limitaciones" que en 2017. Por ello, se ha considerado activar la situación de prealerta.
Asimismo, se mantiene la situación de prealerta por escasez en los sistemas donde estaba activada previamente: el sistema del río Lérez y en la ría de Pontevedra; en el sistema del río Tambre y la ría de Muros y Noia; en la cuenca del río Grande y de los ríos que van a la ría de Camariñas y la costa de Cabana, Laxe y Muxía; en la cuenca del río Anllóns; y en el sistema del río Mero, Arteixo y la ría de A Coruña.