Ahora sí. Las obras para la construcción del ascensor Halo, que conectará Serafín Avendaño con Vialia, han comenzado. El alcalde, Abel Caballero, puso este martes la simbólica primera piedra que da comienzo a la construcción. El regidor estuvo acompañado por parte del equipo del gobierno municipal, con el concejal de Vías y Obras, Javier Pardo, la edil de Urbanismo, María José Caride y la responsable de Seguridad, Elena Espinosa. Tampoco faltaron a la cita a primera teniente de alcalde y presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, y el Delegado de la Zona Franca de Vigo, David Regades.
“Este ascensor, cuando finalicen las obras, va a dar la vuelta al mundo. Es un modelo de hacer ciudad, un modelo único. No hay nada igual en ningún sitio”, afirmó Caballero para definir a la infraestructura de movilidad vertical como "una obra de arte y arquitectura". La UTE formada por Ferrovial Construcción y Oreco Balgón será la encargada de levantar este enorme ascensor, que cuenta con un presupuesto de 12,5 millones de euros, de los que la Unión Europea financia seis a través de los fondos Next Generation.
Los trabajos comenzarán con las tareas de preparación del terreno y las cimentaciones, para a continuación alzar las pilas y apeos sobre los que se sotendrá provisionalmente la estructura. En una tercera fase, se instalará la estructura metálica de la pasarela peatonal semicircular para, finalmente, en una última fase, realizar los remates y acabados estéticos finales.
Aunque inicialmente el Concello barajaba que el ascensor pudiera estar operativo en el verano de 2023, el regidor vigués señaló la semana pasada que la obra tiene un plazo de ejecución hasta el 31 de diciembre de 2023. El ascensor permitirá conectar dos zonas de la ciudad separadas por apenas unos 70 metros pero que, debido al enorme desnivel y al corte que supone la autopista, se encuentran totalmente desconectadas.
Diseñado por el estudio Arenas & Asociados, en colaboración con los vigueses AM2 y los portugueses NOARQ, contempla dos ascensores que suben hasta una altura de 45 metros. Llevarán a los usuarios a una estructura semicircular que se divide en dos mitades. Una estará abierta y se concibe como un mirador panorámico de la ciudad, mientras que la otra estará cerrada y protegida de las inclemencias meteorológicas. Los dos brazos de este semicírculo conectarán con la plaza superior del Vialia, en la parte central del edificio de la futura estación de tren. El tiempo que se tarda en cubrir la altura a salvar será de aproximadamente veintitrés segundos.