Si la Navidad de Vigo se ha convertido ya en un referente turístico en España y el norte de Portugal por su iluminación que atrae a miles de personas, Vigo también puede presumir de contar con uno de los barrios más navideños del país. “Nos hemos contagiado del espíritu de la Navidad, era inevitable”, explica Enrique Pérez entre risas, uno de los vecinos de una urbanización de Castrelos que se ha propuesto llevarse el oro en cuanto a iluminación navideña.
Lo cierto es que adentrarse por sus calles supone casi sentirse en el barrio de Dyker Heights, en Brooklyn, con su tradicional abundancia de elementos lumínicos de Navidad. Nada tienen que envidiarle estos vecinos, que han decidido convertir desde hace unos seis años más de medio centenar de viviendas en otro de los epicentros lumínicos de la ciudad olívica. “Cuando fui a Laponia de viaje me propuse que algún día quería tener la misma decoración en mi casa y ahora lo he podido hacer realidad”, explica otro vecino, Óscar Silveira, que estos días ha invitado a casa a Miguel, un amigo de Madrid que se ha enamorado de las luces de la ciudad.
Para Óscar este es su primer año, pero siguiendo aquello de que los últimos serán los primeros, ha realizado un despliegue lumínico que ha convertido su vivienda en una de las más destacadas de la urbanización. “Hemos traído incluso una grúa y ya estoy pensando en nuevas decoraciones para el año que viene”, cuenta mientras reconoce que parte de su éxito se lo debe a su padre, Juan Carlos, y a un amigo, Javier Gilazaña, “que son los grandes jefes técnicos, yo puso apenas el 10%”, comenta entre bromas.
Aunque apenas han aparecido en la prensa, ya hay curiosos que se acercan a contemplar la escena. “Estamos impresionados”, apunta una pareja que ha decidido subir a la urbanización ante el reclamo de las luces.
La iluminación del barrio tiene su propia jornada de encendido, con fiesta incluida, que los vecinos organizan entre ellos con chocolate y bebidas. Tampoco faltó el alcalde, Abel Caballero, que se acercó a la calle para dar el visto bueno a las luces. “Se quedó en shock, nos dio la enhorabuena”, apuntan Carlos Iglesias y David Alonso, otros dos vecinos que también han decorado sus viviendas.
Sorprender en cuanto a luz en la ciudad quizá más decorada de la Navidad parece imposible. Pero sucede. Aquellos que se acercan a la zona de viviendas, dividida en dos calles en forma semicircular, no dejan de asombrarse ante el despliegue. Llama la atención que aquí precisamente el Concello no ha instalado ni un solo elemento luminoso, quizá por ello los vecinos han reforzado más si cabe los propios. En algunos casos, la inversión en luces super de largo los 1.000 euros, y cada año se van sumando nuevas instalaciones. “Yo creo que aquí hay más de 50.000 puntos led”, señala Óscar Silveira, que comenzó los preparativos ya a finales de octubre. "Tenemos un pique sano entre vecinos a ver cuál decora mejor", añade.
Aquellos que se quieran acercar para disfrutar de la calle de viviendas más decorada de la ciudad deben dirigirse a Francisco Rey de Rivero y también la calle Francisco de Sales porque allí es el barrio donde, efectivamente, vive la Navidad.