En abril de 2019 arrancaba el proyecto internacional Oceanets, que tiene entre sus principales objetivos "prevenir la pérdida de redes de pesca y evaluar la posibilidad de utilizar aparejos inservibles y otros residuos plásticos recuperados del mar para reciclarlos y aprovecharlos en la producción de fibras textiles de alta calidad con las que fabricar productos de interés para la industria textil". Un año después, la iniciativa ha recogido 30 toneladas de residuos de pesca y presenta su primer prototipo de ropa deportiva fabricada con este tipo de fibras textiles de reciclaje.
El proyecto está liderado por el Instituto Tecnología del Plástico (Aimplas) y forman parte de él los grupos de investigación de la Universidade de Vigo Gen (Governance and Economics Research Network), con sede en la Facultade de Ciencias Empresariais y Turismo del campus de Ourense, e I-Mark, con sede en la Facultade de Ciencias Económicas e Empresariais de Vigo; la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), la organización no gubernamental Vertidos Cero y las empresas Sintex y Ecoalf. La sede de ARVI acogió este jueves la presentación de los avances del proyecto en un acto que contó con la participación de Francisco Javier Touza, presidente de ARVI; Rubén Rodríguez, de Asociación Vertidos Cero, y Jorge Romón, responsable de I+D+i de ARVI.
Una "segunda vida"
Según se explicó en la presentación, en el marco de este proyecto "ARVI recuperó más de 30 toneladas de aparejos que acabaron su vida útil y también los recogió del fondo del mar". Como resultado del reciclaje de estos aparejos se fabricó un prototipo de pieza deportiva por parte de la empresa textil Sintex, socio del proyecto de la República Checa. Más avanzado el proyecto, detallaron los responsables, la empresa Ecoalf fabricará otra pieza de moda deportiva con el diseño que caracteriza a esta firma. La posibilidad de dar esta "segunda vida" a los aparejos del mar, indicaron los responsables del consorcio, se debe a que contienen materiales como poliamidas, fibras de valor para el sector textil.
En la presentación de los avances del proyecto, el presidente de ARVI subrayó como Oceanets contribuye al cumplimiento de varios de los objetivos del milenio, como son la preservación de los fondos marinos, el fomento de un medio ambiente "sano y seguro" y el impulso de una producción y un consumo responsables. En este sentido recordó como, según la FAO, cada año se arrojan al mar unos ocho millones de toneladas de residuos plásticos, de los que un 10% procederían de la actividad pesquera. Para avanzar en este aspecto, Javier Touza destacó que "es fundamental" el trabajo en equipo como el que se realiza en Oceanets, que agrupa a socios del ámbito empresarial, universitario, pesquero y agentes sociales.
Impacto económico y ambiental
Oceanets, explican sus promotores, surgió de la necesidad de prevenir la pérdida de los aparejos de pesca en el mar que, además de la consecuente pérdida económica, supone un impacto ambiental negativo por la producción de residuos plásticos y pesca fantasma. Además, el proyecto pretende poner en valor las redes de pesca dañadas que no se puedan reparar para contribuir al reciclaje de estos residuos generando un potencial beneficio económico. La iniciativa, que finalizará a finales de 2020, está financiada a través de la Axencia Executiva para as Pemes (EASME) por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca. Sus objetivos concretos son desarrollar una herramienta TIC para prevenir la pérdida y degradación de redes; demostrar la viabilidad técnica y ambiental de productos de alto valor añadido producidos a partir de redes recicladas y otros plásticos recuperados del mar; reducir, controlar y reciclar basura marina generada por la acción humana en el mar y concienciar a los pescadores sobre la basura marina e involucrarlos en el proyecto.