Así renace el Faro Primitivo de Cabo Silleiro, que abre como "taberna" con "sabor atlántico"

ALFREDO / TELEMARIÑAS

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Cuenta atrás para poder disfrutar del "Faro Primitivo" de Cabo Silleiro, cuya rehabilitación forma parte del proyecto integral para dar uso hostelero a los dos faros. La concesionaria Lighthouse Baiona ha anunciado que el viejo faro -no confundir con el actual rojo y blanco en uso, cuyas obras siguen en marcha para convertirlo en hotel- abrirá sus puertas este próximo lunes 12 de agosto.

Bajo la denominación de "Faro Pequeno", el proyecto gastronómico se basará en una "moderna taberna" que centrará sus propuestas en el "sabor atlántico".  Tras un periodo de obras de seis meses, "en un tiempo prácticamente récord" subrayan desde la compañía, el Faro Primitivo ha sido reconstruido, incluso recuperando una pequeña torre imitando la luz del faro.

Renace como "Faro Pequeno"

En los trabajos de rehabilitación se ha recuperado su concepción original como faro, en cuanto a su diseño, y estética, precisamente cuando se cumplen 100 años desde que se apagó su luz de manera definitiva al cesar su función, tras la decisión de la construcción y puesta en funcionamiento del nuevo Faro Silleiro, situado a 1.000 metros de distancia, en 1924.

El edificio que se va a inaugurar se encontraba en estado de total abandono y solo contaba con la estructura perimetral. Mantenía los muros exteriores originales, pero ninguna de las divisiones interiores ni la cubierta. La torre del faro también se había derruido, por lo que se ha rehabilitado recuperando su imagen original. Se ha restaurado la cubierta con cerchas de madera, manteniendo los muros de carga exteriores de sillería granítica

En su rehabilitación se ha pretendido reproducir la imagen primitiva, recuperando los valores que supusieron su catalogación integral, como bien de interés histórico, artístico, cultural y etnográfico.

Una taberna con vistas infinitas en el Camino de Santiago

Su situación al borde del Camino Portugués por la Costa hace que la ubicación lo erija como punto de referencia de apoyo y atención al peregrino, asegurando además potenciales clientes. En sus instalaciones habrá puntos de recarga eléctrica, tanto para bicicletas como para automóviles.

La concesionaria pretende que el espacio recuperado sirva como taberna gastronómica, que de a conocer y promueva los productos locales, sobre todo los pesqueros, potenciando el sabor atlántico. Además de pretender ser un punto de activación cultural y de ocio, programando actuaciones y actividades que supongan su incorporación a los circuitos oficiales de promoción cultural.

En la planta baja, sobre una superficie construida de 170 metros, se acogerá una barra oficio, un obrador, dos aseos y zona de mesas y sillas, además del acceso a la escalera de piedra para llegar a la antigua torreta. La planta bajo cubierta se destinará a almacén e instalaciones. Está ubicado al borde del mar, ofreciendo una vista despejada del océano y el atardecer.

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