Vigo estrenó esta mañana las nuevas rampas de la Gran Vía. La obra, odiada por unos y amada por otros, está ya finalizada, aunque el proyecto original contemplaba ampliarla desde el cruce con Urzáiz a la Plaza de España, pero la Xunta paralizó el proyecto porque Patrimonio entendió que no se ajustaba al entorno. Con todo, una vez abierta, decenas de personas comenzaron ya a probar la nueva infraestructura, que facilita la subida de la céntrica avenida viguesa. El viaje completo dura algo menos de cinco minutos y permite salvar parte de la pendiente.
A lo largo del recorrido por las nuevas rampas, los vigueses se encontrarán con una fuente de agua, una caracola que emite música o una pantalla semitransparente. A lo largo del "paseo" también nos desplazaremos por un "túnel vegetal" rodeados por un jardín vertical. La vegetación cambia de color de la misma forma que los arcos, por lo que al inicio nos encontraremos con plantas de tonos rojizos, después cambiarán hacia el amarillo y finalizarán en tonos verdes y oscuros.
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