Verjas echadas. Carteles de servicio a domicilio. Ciudad parada. El cielo se despejaba esta tarde en Vigo. Era una buena oportunidad para disfrutar de una jornada "entre convivientes". Así lo marca la nueva normativa decretada por la Xunta de Galicia, unas restricciones que afectan, sobre todo, al sector de la hostelería. En este primer día de limitaciones, la urbe gallega apenas registraba tráfico. Se circulaba sin problemas por las principales arterias de la ciudad olívica.
Las calles recibían poco a poco a viguesas y vigueses. Príncipe, Colón o Urzáiz se llenaban de transeúntes que optaban por airearse en esta primera jornada marcada por el cierre de bares, cafeterías y restaurantes. Sería una tarde sin café, sin caña o sin chocolate con churros mientras descansamos tras dar un paseo. Sin embargo, algunos locales sí apuesta por ofrecer café para llevar mientras que los establecimientos de comida aprovechaban esta tarde para anunciar que mañana ofrecerán la posibilidad de recoger un buen cocido.
NUEVAS MEDIDAS
No sabemos si estamos en la vieja o nueva normalidad. Lo innegable es que estamos en una rutina distinta, totalmente cambiante. El cierre perimetral, que desde la pasada madrugada se prolongó a los concellos de Redondela, Mos, O Porriño, Nigrán y Gondomar, supone que muchas viguesas y vigueses decidan salir a la calle en su zona de residencia. Hay que recordar que la norma prohíbe las reuniones y quedadas entre no convivientes, por lo que las opciones de ocio son muy reducidas. Esto conlleva que los barrios de Vigo se llenen de ambiente. Era el caso de la zona de Balaídos, con el paseo del Lagares como alternativa a disfrutar del fin de semana, o en Teis.
El Día 1 de una nueva etapa llegó a su fin. Se despide una jornada que constata el cambio de vida con respecto al año pasado. El silencio domina la calle mientras la vida sigue. Es el silencio producido por una hostelería amordazada, cerrada y demonizada por el impacto de la pandemia. Las restricciones tienen un objetivo claro. Así lo manifestó Núñez Feijóo el pasado miércoles. Salvar la campaña de Navidad. Mientras tanto, Vigo contruye su particular cuento navideño. La Bola, el Muñeco de Nieve y la Caja de Regalo ya están instaladas mientras los operarios de Ximénez iniciaron en esta fría y sosegada tarde las tareas de montaje del Árbol, que este año estará ubicado en Policarpo Sanz.