11:00 horas. Vigo encara las últimas horas de la ola de calor. En Praza do Rei, junto al Salón de Plenos, Abel Caballero preside la primera reunión del Comité de Nadal, el órgano que ha creado el regidor vigués "para planificar el conjunto de las acciones de la Navidad". Cuando todavía restan más de tres meses para que el máximo mandatario municipal apriete el botón rojo y se iluminen los millones de luces led del cuento navideño de la urbe gallega, el comité navideño celebraba su primera reunión para abordar "cuestiones relacionadas con la afluencia, los espacios para asentar las atracciones, el sonido y el ruido", indica el alcalde.
El Comité de Nadal estará presidido en futuras reuniones por la primera teniente alcalde de Vigo, Carmela Silva. El órgano tiene como objetivos fundamentales la ubicación de las atracciones y las cuestiones relacionadas con el tráfico, donde Abel Caballero pone el foco en que el macroevento no dificulte el acceso a los aparcamientos situados en la zona del centro de la ciudad. Pero el regidor va más allá y da por hecho la expansión de la Navidad de Vigo por toda la urbe gallega. "La Navidad va a ir a más. La expectación es inigualable. Vamos a extenderla y llevarla a más lugares para evitar que haya grandes concentraciones de personas". El alcalde de la ciudad olívica admite que "hay que buscar más emplazamientos" e indica que algunos de estos nuevos escenarios de la Navidad viguesa ya los tienen planificados.
Por otro lado, el Comité de Nadal también trabaja en "minimizar los efectos colaterales" que supone la afluencia masiva de personas a la Navidad de Vigo, por lo que Abel Caballero avanza "mucho diálogo" con entidades y personas que puedan aportar ideas para convertir "la Navidad en un fenómeno positivo", aunque el regidor ya dio por hecho que "hay mucho anti Vigo" en relación a una parte de las críticas que hubo el año pasado con los ruidos del mercado navideño Cíes Market y el parque de atracciones que preside la noria gigante de Atracciones Sánchez. Eso sí, el Gobierno local abre la incógnita sobre si estos dos atractivos de la Navidad de Vigo se mantendrá en la Alameda o si, por el contrario, se muda a otras zonas menos habitadas.