“Tenemos que tomar esta medida para garantizar la continuidad del servicio en condiciones de viabilidad y plazos”. Así defendió esta mañana el alcalde de Vigo, Abel Caballero, la prórroga de la concesión de Vitrasa, que caducaba este año y el Gobierno municipal había decidido no aplicar para licitar de nuevo la concesión en concurso público.
“Queríamos que saliera a concurso”, aseveró en numerosas ocasiones esta mañana el regidor vigués, pero “el estado de alarma tuvo una enorme incidencia sobre el transporte”, defendió. El Gobierno municipal argumenta que la duración del estado de alarma, la desescalada y la incertidumbre hasta que no haya una vacuna genera dudas sobre el estudio de viabilidad económica del contrato que se sustenta sobre los viajeros al año y la adecuación de la oferta del transporte. “Si no suspendemos la licitación y no se presenta nadie nos quedamos sin servicio”, alertó el regidor para asegurar que “El COVID reventó el estudio económico”.
Caballero insiste en que la crisis del COVID-19 obligó a reformular los planes municipales. Al aplicar la prórroga de cinco años antes de que finalice el contrato de concesión, el Gobierno municipal asegura que el contrato se mantiene en las condiciones actuales, ya que la empresa está obligada, mientras que si no se hiciera ahora Vitrasa podría obligar a aplicar modificaciones en el caso de que el concurso quedara desierto. “Seguir adelante con la contratación sería una temeridad”, expresó Caballero. Con todo, el alcalde reconoce que si la actual situación de pérdidas para Vitrasa se mantiene, el Concello tendrá que seguir indemnizándola. Hasta ahora, el Concello realizó una estimación de 10 millones de euros que deberá pagarle además de los 12 que abona anualmente por los descuentos de la PassVigo.
La prórroga esta contemplada durante cinco años, aunque el alcalde reconoce que “está abierta la posibilidad” de que se llegue a un acuerdo para que dure menos tiempo.
¿Sería posible municipalizar el servicio? “Nunca tuvimos esa opción, pero por aquí pasaron alcaldes de muchos colores políticos y ninguno lo hizo”, zanjó Caballero preguntado por este diario sobre la posibilidad de crear una empresa pública que gestione el transporte urbano de la ciudad.
Vigo anunció en diciembre de 2018 que no se concedería la prórroga administrativa del transporte urbano de Vigo. Entonces, el Concello abrió el proceso para iniciar una licitación para la nueva concesión "con formas distintas de entender el transporte urbano y adecuadas a la modernidad". El alcalde apuntaba entonces que quería "una concesión acorde a 2020 y no a 1994".
La oposición, en contra de la prórroga
El PP también ha criticado la renovación de la concesión a Vitrasa. El portavoz de los populares vigueses, Alfonso Marnotes, asegura que Abel Caballero "se burla de todos los vigueses" al aprobar esta "prórroga exprés tramitada por urgencia, sin transparencia y durante el estado de alarma". El PP vigués asegura que esta decisión adoptada por el gobierno municipal supondrá que lla urbe gallega mantendrá durante un lustro un servicio de transporte "anticuado, precario, sin nuevas rutas, con las mismas frecuencias y sin posibilidad de mejora". Marnotes afirmó que Vigo seguirá contando "con un transporte público de los años 90".
El BNG de Vigo considera por su parte que se trata de un “absoluto escándalo”. El portavoz nacionalista en la ciudad, Xabier P. Igrexas asegura que “se condena á veciñanza de Vigo a serguirmos a padecer un servizo insuficiente”.