La idea de volver a ver circular un tranvía por la ciudad de Vigo se enfría. Si hace unas semanas el alcalde de Vigo, Abel Caballero, evitó valorar la posibilidad de construir una red de tranvía o metro ligero en la ciudad, ahora se muestra más tajante. "Le puedo dar el listado de ciudades de España quebradas por haber construido un tranvía", aseguró esta semana tras la pregunta de este diario sobre su posición en relación a esta opción de movilidad urbana.
La eterna promesa de llevar a cabo una red de tranvía o metro ligero la resucitó la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras, Seopan, al incluirla en sus propuestas al Gobierno de España para los fondos Next Generation de la Unión Europea, de los que nuestro país recibirá en torno a 79.529 millones en ayudas a fondo perdido. Los constructores presentaron un plan de inversiones por valor de 100.428 millones de euros, de los cuales el 12,7% se financiarían con subvenciones y el 87,2% restante mediante financiación privada. Entre ellos, el tranvía de Vigo.
La inversión para recuperar esta modalidad de transporte en la ciudad, desmantelada el 31 de diciembre de 1968, se cifra en 375 millones de euros. Desde Seopan argumentan que la infraestructura "podría estructurarse mediante una concesión a un agente privado para la elaboración del proyecto, construcción, operación y mantenimiento por un periodo de tiempo relevante". Un modelo público-privado como el que funciona, explican, en Baix Llobregat, Besòs, Murcia, Parla, Zaragoza, Tenerife o los metros de Málaga o Sevilla.
Pero el modelo no convence en Praza do Rei. "No sé quién es Seopan para hacer un proyecto sobre Vigo", expresó el regidor vigués para asegurar que "la inmensa mayoría de ciudades que hicieron un tranvía quebraron por el camino o tienen serias dificultades en su mantenimiento como Zaragoza". "La ciudad más endeuda de España es Parla... tranvía [...] Están quebradas o tienen remanentes ultra negativos, quebraron al hacer un tranvía", zanjó.
Desde 2001 hubo hasta cuatro intentos para ejecutarlo y se llegó a proyectar la construcción de varias líneas, que combinarían el trazado en superficie y bajo tierra. Una de las propuestas incluía un ramal desde Teis para circular por Beiramar, Gran Vía, Praza América, Florida y Navia, mientras que otra subiría hasta O Calvario.
El emblemático tranvía de Vigo fue enterrado por el alcalde Rafael Portanet. Él fue quien adjudicó a Vitrasa el contrato del servicio de transporte público de la ciudad para sustituir a un "anticuado", en su opinión, sistema de tranvías frente a los autobuses. Tranvías Eléctricos de Vigo puso la primera unidad a circular por la ciudad en el verano de 1914. Desde entonces y hasta 1968 miles de vigueses se subieron a algunas de sus líneas que zigzagueaban por la ciudad. La red se fue ampliando con el tiempo hasta Samil, Lavadores, Bouzas o Porriño. A pesar del sueño de Enrique Peinador, nunca llegó a Mondariz. Ahora, el anhelo por revivirlo parece que seguirá siendo una ilusión.