Uno de los puntos negros de la A-55, que une Vigo con Tui y la frontera con Portugal, ha visto reducida la velocidad drásticamente. El cambio, llevado a cabo esta semana, modifica el límite máximo justo antes de un punto especialmente complejo del trazado, a la altura de Mos.
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El cambio de velocidad máxima afecta a unos 250 metros del recorrido que pasan de estar limitados a 80 km/hora a un máximo de 60 km/hora. Así lo indica la nueva señal, que sustituye otra de adelantamiento prohibido para camiones. El cambio de velocidad se sitúa justo antes de las curvas de Tameiga, un tramo de alta concentración de accidentes ya a 60 km/hora y vigilado por un radar fijo que iniciaba el límite de velocidad. Ahora, se adelanta ese límite varios metros hacia atrás. Circulando desde Vigo, la nueva velocidad máxima se aplica tras pasar el Colegio Lar.
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Precisamente el radar fijo situado apenas unos metros más adelante tras un panel informativo, justo al iniciarse las curvas de Tameiga, es uno de los que más multas imponen en España, aunque se ha reducido enormemente el número de sanciones. Si en 2023 contabilizó más de 45.000, el año pasado cazó a 16.000 conductores, una cifra muy inferior pero que todavía lo sitúa entre los más rentables.
Los radares y mayores límites de velocidad han contribuido a reducir significativamente la siniestralidad, aunque el pésimo trazado sigue provocando un elevado número de accidentes. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Transportes, la autovía A-55 registró en 2022 un total de 98 accidentes con víctimas, con 172 heridos. Es además la que más tramos de concentración de accidentes (TCA) tiene en Galicia, con siete señalizados.