Uno de los grandes problemas en estos últimos años de los organizadores de espectáculos es cómo gestionar la reventa. Es ilegal, pero forma parte de nuestra rutina. Los conciertos de Castrelos son una víctima habitual de este tipo de tretas, trampas con las que se pueden adquirir entradas habitualmente caras para recitales como Leiva, Lauryn Hill o Tom Jones por precios populares y luego revenderlas a una tarifa más elevada.
Una usuaria ya se quejaba el pasado lunes en Twitter de que una entrada para Leiva se podía adquirir en el conocido portal de Internet "Milanuncios" mientras en Ataquilla todavía estaba vigente la cola virtual. La situación empeoró en menos de 24 horas. Durante la mañana del martes, mientras se agotaban en una hora las localidades para Tom Jones, en la misma web ya había tickets para los espectáculos de Leiva y Lauryn Hill con precios que, en algún caso, multiplicaban por cinco el precio con el que salieron a la venta.
El truco es el habitual. "Vendo boli bic y regalo entrada para Leiva". El caso de la reventa de las entradas ya lo sufrió el Vigo en Festas el pasado año. Flagrantes fueron los casos de Maná y el "quinteto" de OT. La polémica que surgió propició que días después el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, plantease la posibilidad de acotar el acceso a la zona de pago del Auditorio de Castrelos a las vecinas y vecinos de Vigo.