Estabilidad y calma tensa ante la temida cuarta ola que, por ahora, no parece explotar. La situación epidemiológica del área sanitaria de Vigo se mantiene en la estabilidad, con algunos concellos experimentando descensos de contagios tras el repentino aumento vivido antes de Semana Santa. En la ciudad olívica la situación es todavía de incertidumbre. Aunque los contagios no se han disparado, la evolución no muestra una clara tendencia a la baja y, de hecho, se vislumbra una tímida pero progresiva inclinación hacia el aumento de casos.
Este viernes, la incidencia acumulada a siete días vuelve a subir en Vigo tras la caída de ayer y escala de nuevo hasta 60. También crece a 14 días, con una incidencia acumulada de 121. Si eliminamos los picos ascendentes y descendentes diarios, repuntes lógicos, lo cierto es que la imagen a medio plazo ofrece una evolución negativa con un ascenso ligero pero persistente de contagios en la ciudad. La urbe gallega necesita un cambio de tendencia que certifique la caída de casos para poder continuar una buena evolución y encaminarse hacia el verano con datos positivos.
En el resto del área la situación es mejor y no hay que lamentar ningún aumento en la incidencia acumulada. A siete días el descenso es claro en Cangas, que pasa de 56 a 43, mientras que también cae en Gondomar, retrocediendo de 68 a 61.
Más a largo plazo, en el indicador a 14 días, los contagios por 100.000 habitantes caen en Redondela (de 58 a 48), Moaña (de 87 a 67), Cangas (de 147 a 139), Mos (de 119 a 106), Nigrán (de 68 a 62) y Baiona (de 115 a 99).
Con todo, la incidencia conjunta a 14 días se mantiene todavía por encima de los 100 contagios por 100.000 habitantes, un dato que urge rebajar para hacer desaparecer al virus. Los datos son buenos, pero es necesario mantener la progresión.