Crece la llamativa ruta de arte urbano que decora las calles menos conocidas de Nigrán

El Concello de Nigrán continúa apostando por el arte urbano como fórmula para embellecer su paisaje generando dinámicas diferentes, ahora en la parroquia de Panxón. El artífice vuelve a ser Juan Rivas Fernández, pintor, docente y fotógrafo pontevedrés que ya el año pasado dejó su impronta en forma de "paisaje extendido" en postes o farolas del entorno de San Pedro de A Ramallosa y A Carrasca (Parada).



El resultado, viralizado en redes, es un sorprendente efecto óptico que repite ahora en diez postes del interior de Panxón por encargo nuevamente del Concello, que busca de este modo dar a conocer zonas menos transitadas del municipio creando rutas artísticas, por lo que todas las obras serán geolocalizadas.

"Nigrán es ya un referente en arte urbano gracias a este proyecto o al mural de Lula Goce en A Ramallosa premiado internacionalmente, y queremos seguir avanzando", señala el alcalde, Juan González. "Por eso redoblamos la apuesta por este concepto diferente de arte urbano en el que contenido y continente se confunden", confirma. Estas nuevas intervenciones pueden descubrirse ya en una ruta que comienza en la Praza da Porqueira y continúa por la Praza do Quinteiro, Rabadeira y barrio de Sancho.

La transformación de Nigrán en museo al aire libre

Bautizado como 'Pintura no lugar', el proyecto llegó en el 2024 al Concello de la mano del galerista nigranés Diego Santomé, quien en ese momento mantenía una exposición de Rivas en su 'mini' galería en la calle Argonautas, 34 (A Ramallosa). "Desde el inicio nos gustó la idea y ante la gran acogida que tuvo quisimos extender el proyecto a Panxón", añade González.

La localización, explica Rivas, nunca es caprichosa, eligiendo siempre zonas menos masificadas y conocidas, y todas con requerimientos imprescindibles como que la luz del sol afecte por igual en un determinado momento al soporte y su paisaje adyacente, o que en la zona haya algún elemento diferenciador y medianamente representable para así crear el efecto buscado.

Por ello, antes de comenzar a pintar, hay muchas horas previas de paseos y fotografías. "Me gusta el concepto de llevar a la gente por los caminos de los barrios del interior para descubrir la obra. Resulta muy impactante, de repente Rivas hace invisibles los postes extendiendo a ellos el paisaje natural de la zona, el efecto óptico es muy sorprendente", subraya González.

Las obras son en acrílico y posteriormente barnizadas para que perduren en el tiempo, tal y como se mantienen aún las que Rivas realizó en Finlandia (Karakallio, distrito de Espoo) en el año 2019 empleando cajones de electricidad como soporte. Hasta ese momento eran intervenciones efímeras porque Rivas pintaba con tiza para quedarse simplemente con la fotografía como recuerdo.

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