Finales de marzo. Esta es la fecha que tienen en mente las alumnas y alumnos de la asociación CES-UVigo para la botadura del que será el primero barco solar de la Universidade de Vigo, una prueba de fuego para un proyecto nacido hace apenas dos años de la mano de un grupo de estudiantes de la Escola de Enxeñaría de Telecomunicación que, guiados por el fundador de la empresa Marine Instruments, Francisco Pino, pusieron en marcha un proyecto ilusionante: la construcción de un trimarán propulsado únicamente con energía solar. El barco es ya una realidad y acaban de bautizarlo cómo Boeiro I, islote menor del archipiélago de las Cíes, islas que, de alguna manera, ya estaban presentes en el propio nombre del equipo, CES, acrónimo de Clean Energy Ship, que pronunciado en inglés recuerda a las islas de la costa viguesa. “Quisimos continuar con esa línea que establecemos desde el principio y llevar siempre presente nuestra tierra”, explica la líder del equipo, Lorena Gil, estudiante del Máster en Enxeñaría de Telecomunicación y cabeza visible de un equipo compuesto en la actualidad por 13 alumnas y alumnos de las tres escuelas de ingeniería del campus de Vigo: Enxeñaría de Telecomunicación, Enxeñaría Industrial e Enxeñaría de Minas y Energía.
Por delante le quedan aún unas semanas de intenso trabajo en las que se centrarán en la fabricación de la cubierta sobre la que irán los paneles solares. El objetivo es hacer un primer test del funcionamiento de la embarcación y hacerlo con el margen temporal suficiente para que la embarcación llegue a julio, fecha fijada para su estreno en una competición internacional en Mónaco, en condiciones óptimas. “Contamos con haber finalizado a finales de mes y hacer ya la botadura para poder probar los sistemas fabricados hasta ahora y comenzar el proceso de mejora y optimización”, explica la responsable del equipo, a lo que añade que “la idea es detectar con margen de tiempo los posibles puntos de mejora y alcanzar el mayor rendimiento en términos de potencia, eficiencia y velocidad”.
400 células fotovoltaicas harán que el Boeiro “vuele” sobre el agua
Actualmente el Boeiro cuenta con un primer diseño de los foils, las superficies de contacto sumergidas en el agua que crean una fuerza de sustentación que eleva el casco de la embarcación fuera del agua, reduciendo drásticamente el roce del barco contra el mar, lo que le permite alcanzar una mayor velocidad. “Los fabricamos mediante técnicas de infusión por vacío, con un núcleo de madera o espuma de alta densidad, y un exterior reforzado con láminas de carbono”, destaca Gil, a lo que añade que todos los mecanismos que llevan los foils son de diseño y fabricación propia. “Empleamos técnicas de fabricación que nos dan un amplio rango de mejora en las piezas, como es la fabricación aditiva o el fresado. De esta manera estamos siempre en continua mejora de los sistemas que diseñamos, con un bajo coste”, recalca la estudiante.
Por otro lado, las baterías estarán alimentadas por unas 400 células fotovoltaicas ubicadas en la cubierta de la embarcación, que suministrarán la energía necesaria para hacer que el Boeiro “vuele” sobre el agua. “Además el barco contará con un sistema de telemetría que permitirá monitorizarlo y actuar sobre los foils para estabilizar la navegación, además de permitir mantener una comunicación constante con el piloto”, añade Gil.
Cita en Mónaco con 35 equipos de 20 nacionalidades
La primera competición en la que participará el Boeiro I es la Mónaco Energy Boat Challenge, del 4 a 9 de julio, un encuentro del que formarán parte 35 equipos de 20 nacionalidades. Organizado por el Yacht Club de Monaco, incubadora que apoya el I+D de yates, esta cita tiene como principal objetivo estimular la creatividad, tanto de las ingenieras e ingenieros que están en proceso de formación, como de la propia industria, de cara a desarrollar métodos de propulsión utilizando energía limpia.
“Nos queda mucho por aprender y perfeccionar de cara a la competición. Queremos tener un barco competitivo, que dé lo mejor de sí mismo en Mónaco, y poder volver con un montón de ideas nuevas para incorporar en las competiciones que están por llegar”, explica la alumna, quien también hace hincapié en que una de las principales finalidades de este tipo de competiciones es “poder poner en común con los otros equipos universitarios diseños e ir mejorando año tras año”.
Búsqueda de nuevos patrocinadores e integrantes para el equipo
En este momento el equipo se encuentra en pleno proceso de captación de nuevos patrocinadores que se sumen a los que ya tienen en la actualidad –Marine Instrumentes, Escola de Enxeñaría de Telecomunicación y Vigo Tecnolóxico- y que les ayuden a conseguir los fondos necesarios que les permitan sufragar los gastos que supondrá el desplazamiento a Mónaco. “Actualmente Marine Instruments es nuestro mayor patrocinador, acercándonos ayuda técnica y los materiales necesarios para la fabricación de los diferentes componentes del barco”, apunta Gil, quien también quiere destacar el apoyo de la Escola de Enxeñaría de Telecomunicación y de los docentes que la componen, “indispensable para poder tener un espacio cerca de las aulas y avanzar en las tareas más técnicas”.
Además de nuevos patrocinadores, desde el equipo destacan también que, aunque tienen plazos específicos para la ampliación de integrantes, estarán encantados de hablar con todas las personas que puedan estar interesadas en este proyecto. “Desde el inicio tuvimos en cuenta que era preciso expandir el proyecto al resto de las titulaciones del campus”, recalca Gil, quien se marca como uno de los retos para esta temporada “dar a conocer el equipo, tanto en las carreras más técnicas cómo en las humanísticas, para conseguir un grupo de personas más interdisciplinario y en el que los integrantes podamos conocer de primera mano las labores que se llevan a cabo en carreras ajenas a las propias”.