La futura rampa mecánica de Carral comienza, ahora sí, a tomar forma definitiva. Aunque su puesta en funcionamiento inminente está ya en el aire, toda vez que el decreto de la convocatoria de elecciones municipales prohíbe los actos de inauguración y la propaganda desde este 5 de abril, las obras en este elemento mecánico de acceso a Porta do Sol avanzan para poder dar por concluida la humanización de la céntrica plaza de viguesa, que no acaba de ver finalizadas las actuaciones previstas.
Mientras se sigue esperando por la instalación de espacios verdes o elementos vegetales en la plaza y se mantiene en letargo el túnel a la espera de la decisión final sobre su prolongación hasta Torrecedeira, el foco más visible de las obras se centra ahora en la calle Carral, donde llegará también el programa del Vigo Vertical para salvar el desnivel entre Marqués de Valladares y la gran plaza del centro de Vigo.
Este martes los operarios habían ya iniciado la colocación de una de las piezas clave, después de que se instalara la rampa ya el pasado mes de febrero. Los pórticos que cubrirán el mecanismo, al estilo de los de II República o Gran Vía, han empezado a instalarse y ya es visible el aspecto final que tendrá este espacio. Aquí, la Dirección Xeral de Patrimonio ha vuelto a imponer una vez más su criterio, obligando al Concello a cambiar la tonalidad prevista. Aunque se pretendía que tuvieran un tono rojizo como el de las escaleras que llevan al Casco Vello alto, solo unos metros más adelante, finalmente se ha tenido que optar por un tono gris, siguiendo las exigencias de Patrimonio.
Con todo, los trabajos prosiguen por ahora sin una fecha pública de finalización. La intención del Gobierno local pasaba por poder finalizarlos en el mes de marzo, lo que permitiría inaugurar antes de la prohibición legal, pero finalmente no ha sido así. Suponía tener la obra finalizada tres meses antes de lo previsto. El plazo inicial estaba fijado en junio, fecha a la que a más tardar deberían estar en funcionamiento.
Las rampas tienen una longitud de 27 metros y permitirán salvar una altura de cinco metros, que es el repecho entre Marqués de Valladares y Porta do Sol. La obra se engloba en la actuación conjunta de Porta do Sol, que implicó la peatonalización y humanización de la plaza y el soterramiento del tráfico a través de un túnel, que por ahora permanece sin finalizar mientras no se aclare cómo se ejecutará su prolongación bajo el Paseo de Alfonso sin afectar a los restos arqueológicos y al Olivo de la ciudad. En conjunto, la inversión se sitúa en 17 millones de euros.