Una furgoneta Seat trans del 84, un rally y un grupo de jóvenes apasionados por los viajes. Estos son los ingredientes que conforman la gran aventura en la que se han embarcado Cristian, Noemí y Gerardo este verano. Desde mediados de junio han hecho un recorrido por 24 países de Europa y Asia como parte del Mongol Rally 2024. Todo ello teniendo su punto de partida en Vigo.
Cristian llevaba ya 9 años queriendo participar en el Mongol Rally, pero por falta de medios, compañeros o tiempo no pudo hacerlo hasta ahora. Este vigués de tan solo 35 años cuenta ya con mucha experiencia en el mundo de los viajes y las aventuras. A él no le gusta que le cuenten las cosas, le gusta vivirlas de primera mano y "sacar sus propias conclusiones". En consecuencia, lleva desde los 17 años dedicando su vida a pintar, crear y viajar, haciendo la mayor parte de sus aventuras en solitario.
Sin embargo, el pasado 21 de junio empezó uno de los viajes más especiales de su vida junto a un equipo de personas que están tan "locas" como él. Dentro de la furgoneta que data del año 1984 viajan también Noemí, una viguesa que se dedica a la comunicación audiovisual y la dirección de arte publicitaria y Gerardo, ingeniero en transporte y también apasionado de los viajes, que finalmente se bajó de la aventura en Turquía.
El Mongol Rally
Toda esta aventura la han llevado a cabo con la excusa del Mongol Rally, una competición muy diferente a los típicos rallys a los que estamos acostumbrados. Se trata de algo más de 16.000 kilómetros de caos atravesando montañas, desiertos y carreteras en todo tipo de condiciones de la estepa europea y el desierto de Asia. La competición consiste en superar las adversidades que puedan ir surgiendo en el camino y llegar al destino final. No hay seguridad, apoyo logístico o mecánico ni una ruta marcada, el único objetivo es llegar a Kazajistán antes del 24 de agosto.
"Cuanto peor sea el coche, mayor será la aventura" es el lema que se promueve desde "The Mongol Rally", que exige en su normativa viajar con un vehículo pequeño, viejo o en malas condiciones. De esta manera, el rally se convierte en una experiencia aún más única que obliga a sus participantes a vivir más aventuras e interactuar con las personas locales al no tener ningún tipo de ayuda por parte de la organización en caso de tener cualquier problema en el camino.
De hecho, este ha sido el caso del equipo Barnacle by Chroa, formado en un inicio por Cristian, Noemí y Gerardo, que viajaba con una furgoneta que tan solo podía ir a una velocidad máxima de 90 km/hora. Debido a la cantidad de horas de conducción y el estado del vehículo, los últimos 400 kilómetros los han tenido que recorrer con la caja de cambios rota. Sin embargo, este grupo ha recibido la ayuda de un gran número de personas de diferentes culturas a lo largo de su aventura, tanta que llegan a afirmar que "nos hemos sentido agobiados hasta de tanta ayuda que nos ofrecían".
Finalmente, tras mantenerse durante casi todo el trayecto en la primera posición del rally, ha llegado a la ciudad de Öskemen quedando en segunda posición tan solo Cristian, ya que Noemí se bajó en la ciudad Almaty, al sur del país. A pesar de la ayuda y de la experiencia inolvidable que ha supuesto, el viaje no ha sido nada fácil. Conducir unas 15/16 horas al día es muy cansado y, más con dificultades como las que sufrió este equipo. "No lo voy a volver a repetir, pero lo volvería a hacer si no lo hubiese hecho" cuenta Cristian, que ya ha vuelto a Vigo para descansar de esta aventura.
¿Cómo han financiado el viaje?
Sin duda, no se trata de un viaje fácil, cómodo o barato. Y, por ende, el equipo Barnacle by Chroa ha tenido que buscar varias maneras de financiar esta experiencia. Una de ellas es a través de su merchandising, que incluye camisetas, gorras y sudaderas con el logo del grupo. Por otro lado, también se pueden hacer donaciones directas del importe que se desee. Y, por supuesto, cuentan también con la colaboración de marcas como Reizentolo, TDS Motorsport o Vitter Bardecocktails.
Colaboración con ONG's
Este proyecto también ha colaborado con dos organizaciones sin ánimo de lucro para aportar su granito de arena a diferentes causas. Una de ellas es Lápices y Colores, una asociación viguesa que ayuda a la infancia a través del turismo solidario de la que este año son embajadores. Por otro lado, al igual que el resto de participantes del rally, colaboran con Cool Earth, una ONG que trabaja con comunidades locales y pueblos indígenas para proteger el bosque tropical y hacer frente a la crisis climática.
El documental
La experiencia no acabará con el fin del viaje, ya que todos esos recuerdos quedarán capturados en un documental que han estado grabando durante el trayecto. Al ser una aventura tan peculiar y única, sus integrantes decidieron que no podía quedarse solo en el recuerdo: había que documentarlo. Por ello, el equipo cuenta con una graduada en comunicación audiovisual que se encargó de grabar todo el proceso y las anécdotas que vivieron. Además, desde el estudio, Carlos, Marta y Jorge se encargarán de la postproducción y de ponerle música al filme para que sea inolvidable. Por otro lado, otro de los integrantes del grupo se ha encargado de capturar todos los momentos únicos y más importantes en una serie de fotografías que se mostrarán en una exposición que enseñará con imágenes lo que no se puede contar solo con palabras.