Del 'aplausómetro' al no por error de un diputado del PP, así fue la investidura de Rueda

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El 'runrún' y las quinielas sobre los miembros que conformarán el próximo Gobierno gallego han marcado el debate de investidura del popular Alfonso Rueda, que este jueves ha concluido con su elección como presidente de la Xunta en una votación en la que un diputado del PP por la provincia de A Coruña ha protagonizado una de las anécdotas. Votó 'no' a su jefe de filas antes de rectificar rápidamente.

La equivocación del parlamentario Rubén Lorenzo no ha impedido la proclamación de Rueda como sexto presidente de la historia de la Autonomía de Galicia, ovacionado por los suyos, desde el hemiciclo y el graderío, después de que el jefe del Legislativo, Miguel Ángel Santalices, leyese el resultado de la votación.

Los aplausos, por su intensidad o la ausencia de ellos, han sido uno de los asuntos más comentados de la jornada en los pasillos del Pazo do Hórreo. Y es que, por ejemplo, el diputado de Democracia Ourensana Armando Ojea ha bromeado con que no tiene quién le aplauda al ser el único de su formación, mientras que en la intensidad acústica de las ovaciones también se ha notado el peso que el resultado de las urnas ha dejado en el lado del hemiciclo donde se sientan los grupos de la oposición.

Rueda ha estado arropado en el Pazo do Hórreo por numerosos cargos del PP, como los presidentes de las diputaciones de Pontevedra, Luis López, y Ourense, Luis Menor; las diputadas en el Congreso Rosa Quintana y Ana Pastor; y diversos miembros de su equipo en la Xunta. Además, su mujer y su madre han seguido sus intervenciones desde la primera fila de la tribuna de invitados.

Entre ellos, se ha observado también a alcaldes como el de Lalín, José Crespo, y A Estrada, José López Campos. Hacia el segundo se dirigían muchas de las miradas toda vez que las apuestas apuntan a que podría tener un asiento en el ejecutivo que Rueda anunciará este fin de semana. Y es que a medida que se aproxima la fecha en la que desvelará a los integrantes, crecen los nervios entre los suyos ante la suposición de que la nueva posición de fortaleza interna del dirigente pontevedrés anticipa cambios de calado.

Precisamente, tras finalizar el discurso y después de ser saludado por los portavoces de los partidos de la oposición en el propio hemiciclo, Alfonso Rueda salió a los pasillos de la Cámara, donde, tras fundirse en un abrazo sentido con su mujer y su madre, saludó a los muchos cargos del PP que lo recibieron a gritos de "presidente", entre ellos, el propio López Campos. Todo ello antes de abandonar el Pazo do Hórreo conversando con el presidente del PP de Pontevedra y titular de la Diputación, Luis López.

El BNG más numeroso de la historia

Ana Pontón encaraba este jueves su cuarto debate de investidura de un presidente de la Xunta como líder del BNG, las dos primeras de Alberto Núñez Feijóo (2016 y 2020) y las dos siguientes de Rueda (2022 y 2024).

Desde aquella primera vez hace siete años y medio, el BNG ha pasado de seis diputados a los 25 asientos que ocupa en la actualidad en el hemiciclo, donde Pontón ha prometido este jueves que harán una labor de "gobierno alternativo" para acompañar "cada crítica" a la Xunta con una propuesta.

Arropada desde el público por referentes de la formación frentista como el histórico dirigente nacionalista Camilo Nogueira o los alcaldes de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, y Santiago, Goretti Sanmartín; Pontón ha recogido el guante de los símiles relacionados con la Semana Santa que abrió el Rueda el martes.

En su discurso de investidura, el entonces candidato situó a los nacionalistas en la "Cofradía del Perpetuo No" por su oposición al proyecto de Altri o el desarrollo de proyectos de energía eólico. Dos días después, la nacionalista colocó al PP en la "Cofradía de la Perpetua Crispación" por la forma de hacer política en Madrid que, según Pontón, replican en Galicia bajo el liderazgo de Rueda.

Besteiro (PSdeG) se reivindica

La sesión plenaria ha supuesto el estreno en la tribuna del Hemiciclo del nuevo jefe de filas del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, quien ha asumido la portavocía parlamentaria del PSdeG tras permanecer casi ocho años apartado de la primera línea política por unas investigaciones judiciales que quedaron archivadas y con la jueza de las causas apartada por dilaciones indebidas.

Tras esta experiencia, ha aprovechado para defender una política "vigorosa pero limpia" en un discurso en el que ha asegurado que sabía de lo que hablaba cuando decía que "nada justifica ni nada valida intentar destruir la vida de una persona por un objetivo político". Una idea en la que ha profundizado en su segunda intervención ya por la tarde, en la que ha dicho que él sabe por qué está "hoy" en el Hemiciclo y el PP sabe "por qué no estuvo antes".

Justo detrás de Besteiro estaba sentada la presidenta de los populares lucenses y vicepresidenta del Parlamento de Galicia, Elena Candia, a quien el PSOE apuntó como la persona que presentó en la justicia los anónimos que motivaron el inicio de la investigación contra el político lucense.

Arropado desde la tribuna de invitados por el secretario xeral saliente, Valentín González Formoso, y otros socialistas como el presidente de Lugo, José Tomé, o el delegado del Gobierno, Pedro Blanco, Besteiro aseguró que entre Galicia y el PSOE, siempre escogerían Galicia. Ya por la tarde, también acudió a la Cámara gallega el presidente de la Fegamp y alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela. No se ha visto este jueves a regidores como el de Vigo, Abel Caballero, o A Coruña, Inés Rey.

El aplauso a Ojea (DO)

Uno de los focos de la jornada estaba puesto en otro estreno más allá del de Besteiro, el del diputado de Democracia Ourensana, Armando Ojea. Seguido desde la grada del hemiciclo por el líder de su partido y alcalde ourensano, Gonzalo Pérez Jácome; el parlamentario debutó en la política gallega dejando claro la misión con la que llega a O Hórreo: "Vengo fundamentalmente a hablar de mi Ourense".

En un comparecencia en el que reiteró en varias ocasiones que el escaño que ocupa lo empleará para tratar de arrancar a la Xunta compromisos que sirvan para revertir la "discriminación histórica" a la que, dice, ha sometido el Gobierno autonómico a la provincia de Ourense, Ojea ha dejado varios momentos que han generado sonrisas en ambos lados del hemiciclo al alejarse en determinados momentos de la rigidez del discurso parlamentario.

Uno de estos llegó justo al final de su intervención, hecha por el único diputado de DO sin las interrupciones que permiten tomar aire a los diputados gracias a los aplausos de los suyos. En ese momento final, Jácome soltó desde el graderío un "bravo", por lo que se ganó la reprimenda del presidente de la Cámara autonómica, Miguel Ángel Santalices, quien recordó que el reglamento parlamentario obliga al público a guardar silencio.

"Entonces, ¿puedo aplaudirme a mí mismo?", bromeó Ojea dirigiéndose a Santalices, que le replicó, entre risas, que ya había tenido suficiente. "Quedaste bien así", remachó, con sorna, el presidente de la Cámara desde hace casi una década.

La anécdota del aplauso se reavivó en el turno de tarde, cuando resonó en el hemiciclo una palmada en el momento en que Ojea abandonaba el atril desde el que había dado contrarréplica a Rueda. El sonido del aplauso, que procedía del lado donde se ubican los grupos de la oposición y cuatro de los conselleiros en funciones de Rueda, provocó las miradas entre los que seguían el debate, que se preguntaban quién se había arrancado, y rápidamente frenado, a aplaudir al único parlamentario de Democracia Ourensana.

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