Navidad de Vigo, Cíes y, ahora, O Castro. El Concello va diseñando sus principales focos de atracción turístico y ahora tiene como objetivo impulsar la Fortaleza de O Castro tras la recuperación de las murallas hace dos años. El siguiente paso para que el origen de la ciudad sea uno de los destinos predilectos de los visitantes es poner en marcha el proyecto de musealización que supondrá reabrir el túnel y las galerías soterradas y la recreación de las batallas de defensa naval de la ciudad. "Vigo era inexpugnable", exclamó Abel Caballero durante la intervención que ofreció este mediodía ante los medios de comunicación, una comparecencia en la que indicó que en la Xunta de Goberno Local de este jueves se realizará la adjudicación de esta actuación que cuenta con un presupuesto de licitación de 1,4 millones de euros, inversión que asumirá en su totalidad el Gobierno que preside Pedro Sánchez.
El alcalde de Vigo manifestó que la obra que se realizará en esta zona de O Castro "consistirá en ver y abrir la salida del túnel a la parte alta de la Fortaleza". El máximo mandatario municipal recordó que este paso subterráneo, hasta ahora totalmente inutilizado e inaccesible, está excavado en roca. "Ahora hay que rexcavar la última parte del túnel para poder abrirla y la vamos a iluminar", señaló Abel Caballero, que destacó que en la actuación se recoge la escenificación en el polvorín y en los patios de la Fortaleza superior de tal manera que se recreen las batallas de defensa naval de Vigo. Preguntado por los medios, el regidor de la urbe gallega señaló que el acceso al túnel será gratuito, pero habrá unos horarios establecidos. "Tendrá atención, vigilancia y horarios, pero será completamente gratuito", indicó el máximo mandatario municipal.
La recuperación del túnel de O Castro y la recreación de las batallas navales buscarán hacer viajar a los ciudadanos 300 años atrás en el tiempo para regresar a 1719, cuando se produce un ataque a la ciudad dentro del marco de las guerras iniciadas por Felipe V contra una coalición formada por Francia, Gran Bretaña, el Imperio Germánico y las Provincias Unidas con motivo de las aspiraciones territoriales del monarca español sobre Italia. En aquel año, una guarnición de unos 800 hombres aguantó estoicamente el fuego enemigo desde la ciudad, tomada por los ingleses, durante siete días, hasta la capitulación el 21 de octubre. La galería soterrada sirvió de refugio durante los bombardeos, así como hospital para los heridos. Será ahí donde se iniciará el viaje al pasado.
Por tanto, tal y como avanzó este diario en septiembre, la musealización de O Castro se presenta con tres etapas: antes, durante y después. El antes se presenta como un espacio de “preparación” para la experiencia. Se trata del área que nos guiará por un sendero hasta el acceso a los túneles. Ahí nos encontraremos con una puerta que a modo de máquina del tiempo nos permitirá comenzar a vivir la experiencia, pasaremos entonces al “durante”.
El Concello quiere transformar el recorrido por la galería subterránea como una “experiencia sensorial y audiovisual” que refleje el drama del bombardeo de 1719 y las sensación que allí vivieron los refugiados durante el asedio. El túnel contará con una iluminación que buscará crear una atmósfera “dramática” y de cierta penumbra que con sonidos de bombardeos y gritos haga revivir al espectador la batalla. Esos sonidos en la galería guiarán al público a través del recorrido para acercarlos a dos proyecciones audiovisuales situadas en el puntos ciegos de la galería con imágenes alegóricas sobre el acontecimiento bélico.
Finalmente, el recorrido finalizará en el patio de armas, donde se introducirá al visitante en el asedio de 1719, explicando y complementando la experiencia sensorial vivida en la galería. Aquí finalmente no se instalarán las cuadernas -las estructuras que imitaban a un barco-, tal y como exigía Patrimonio. En su lugar, habrá cinco soportes expositivos verticales de madera ubicados en el centro y que guiarán al visitante hasta el polvorín. En el patio de armas se eliminará el actual cruceiro, que será trasladado al considerarse que no forma parte de la fortaleza ya que, aunque se desconoce su procedencia, se cree que se instaló durante las obras de ajardinamiento de los años 60.
La visita finalizará en el polvorín, que inicialmente se planteaba demoler. Desde el Concello se considera que el edificio “rompe con el trazado de la muralla y distorsiona la funcionalidad de lo que realmente era un tambor defensivo” pero acata la decisión de Patrimonio de mantenerlo. Así, en este espacio se programarán, coincidiendo con las visitas programadas con guía, diferentes emisiones audiovisuales que relatarán la historia. Además, la parte superior se recuperará, eliminando la actual teja y creando un mirador excepcional sobre la ría de Vigo. Actualmente algunas personas ya lo usan de forma insegura, por lo que se plantea cubrir la parte superior con un nuevo pavimento que elimine la teja e instalar una barandilla de seguridad.