El acuario digital que permite "caminar" sobre el agua, la atracción de las rampas de la Gran Vía de Vigo

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Vigo ya salva buena parte de la pendiente de Gran Vía que va desde Urzáiz a Praza de España. La distancia temporal es de unos ocho minutos desde los cruces entre María Berdiales y Nicaragua. La actuación, que estrenó ayer viernes de forma oficial se segunda fase, es una de las actuaciones más icónicas del Vigo Vertical, el proyecto municipal con el que el Concello pretende mejorar la movilidad pese a la difícil orografía que posee la ciudad. Pero, más allá del pragmatismo de esta infraestructura, desde Praza do Rei han dado un giro al elemento vertical, dotándolo de una atracción que va camino de convertirse en uno de los principales juegos para pequeños y, por qué no, también para mayores.

El primero en divertirse en la atracción que posee el nuevo tramo de las rampas mecánicas de Gran Vía fue Abel Caballero. El alcalde de la ciudad olívica, tras su ya clásicos "hits" en todo evento como el "Viva Vigo" o su mano simbolizando la "V" de la ciudad, no dudó en acercarse a la parte alta de la actuación para testar el gran atractivo lúdico de esta actuación. Justo en el entorno del Pezseto, el regidor vigués emuló a Moisés y caminó por las aguas gracias a ese acuario digital en el que el máximo mandatario municipal se divirtió "tocando" los peces que componen este formato de suelo interactivo.

Las primeras usuarias y usuarios del elemento mecánico que ya permite subir sin esfuerzo por Gran Vía desde el cruce con Venezuela hasta Nicaragua ya han contemplado este singular atractivo que, además de sentir cerca a los peces, también genera algo de oleaje. Vigo se enfrenta ahora a un doble reto. El primer desafío consiste en respetar esta instalación; el segundo, en el correcto mantenimiento, ya que algunas voces críticas censuran el estado en el que se encuentran habitualmente algunos de los elementos más icónicas de la primera fase de las rampas de Gran Vía como la fuente o la pantalla gigante situada a la altura de El Corte Inglés.

Pero este acuario digital no es la única gran novedad de la nueva fase de las cintas mecánicas de Gran Vía. Las usuarias y usuarios también se encontrarán en uno de los tramos un generador de energía. ¿Cómo se crea? Pues es muy sencillo. En una plataforma, tan solo hay que situarse en su interior y saltar o hacer cualquier tipo de movimiento. Abel Caballero y parte de su gobierno municipal también comprobaron ayer el otro atractivo singular de esta actuación que ha supuesto una inversión de 3,6 millones de euros, a los que hay que sumar los 4,4 millones que costó la primera fase de las rampas de Gran Vía. Hay que recordar que parte de la actuación ha sido financiada con fondos europeos Next Generation.

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