El Hospital Álvaro Cunqueiro está empleando nuevos sistemas tecnológicos con el objetivo de extender la monitorización a las unidades con pacientes hospitalizados con COVID19 y mejorar aún más su control y condiciones de bioseguridad. En este ámbito, en los últimos días se han desarrollado dos actuaciones: la extensión del sistema de monitorización a las Unidades de Cuidados Intermedios; y el inicio del programa piloto "Habitación Inteligente", en el marco del proyecto Innovasaúde e Hospital 2050.
Con respecto a las Unidades de Cuidados Intermedios, apuntan que fue necesario acometer una reorganización de la atención prestada en las mismas. Hasta ahora, estas Unidades iban dirigidas al ingreso de pacientes de cardiología, neumología o neurología que necesitaban unos requerimientos de cuidados distintos a los prestados en la hospitalización convencional. Ahora, han reorientado su actividad a la atención de los pacientes con esas patologías pero que, además, son positivos o sospechosos de padecer COVID19.
Según explica la directora de Enfermería del área sanitaria de Vigo, Pilar Reza, “se trata de ir adaptándonos a la nueva realidad generada por la pandemia, reordenando las diferentes Unidades de Cuidados Intermedios, que están a medio camino entre la hospitalización convencional y las de Cuidados Críticos, y asignando a los pacientes independientemente de la patología que presenten. Ahora debemos disponer de Unidades de Cuidados Intermedios para pacientes COVID positivo, sospecha de COVID y COVID negativos. Los pacientes aislados en estas unidades no son críticos, pero necesitan unos requerimientos de cuidados más específicos, por lo que el nuevo sistema de monitorización o telemetría los permiten un control automatizado, continuado y permanente de estos pacientes”
Este sistema informático posibilita el envío de las constantes vitales de la persona ingresada desde la cabecera de su cama hasta el control de enfermería a través de unos dispositivos de recogida automática de los principales parámetros fisiológicos como son la actividad eléctrica cardíaca, la saturación de oxígeno, pulsaciones y presión arterial.
De este modo, los profesionales sanitarios pueden seguir en el monitor la evolución de las constantes vitales del paciente, sin necesidad de acudir a la habitación, con una fiabilidad absoluta e inmediatez. Además, queda inscrita la serie histórica de estos datos, lo que facilita los estudios clínicos comparativos por parte de los profesionales y las consiguientes decisiones terapéuticas.
El sistema lleva incorporadas una serie de alarmas que se activan en el momento en que algunas de las constantes del paciente experimentan variación, de manera que los profesionales se acercan inmediatamente a la habitación del paciente para comprobar el incidente inscrito.
Colaboración del paciente en el programa "Habitación Inteligente"
En este contexto, acaba de iniciarse también el programa piloto de la “Habitación inteligente” en el marco de proyecto Innovasáude y Hospital 2050, que se está realizando en una docena de habitaciones de la Unidad de Hospitalización de pacientes con este coronavirus.
De esta forma, se han habilitado cámaras wifi en 12 habitaciones que envían la información del paciente al control de enfermería. “El hecho diferencial que aporta este nuevo sistema es que necesita de la implicación del paciente, que debe colaborar y formar parte en su proceso de cuidados, lo que nos posibilita potenciar su autonomía y los autocuidados de la enfermería”, explica Pilar Reza
Por ello, solo es operativo en aquellos pacientes con unas condiciones clínicas favorables para que puedan colaborar. Es decir, deben ser autónomos en sus movimientos, ya que son ellos mismos los que deben colocarse los aparatos de medida -en los intervalos temporales concretos acordados con el personal de enfermería- para que luego el sistema transmita los resultados.
Datos incorporados a la historia clínica
La puesta en marcha de esta iniciativa reduce, además, los accesos del personal sanitario a la habitación del paciente, lo que proporciona más seguridad para el profesional y menos molestias para el enfermo.
También presenta la ventaja de que los datos de las constantes vitales que se recogen se incorporan automáticamente a la historia clínica electrónica del paciente. Se evita, de esta forma, que el personal sanitario entre en la habitación, tome las medidas y las anote para posteriormente introducirlas en el sistema informático. Esto es, se reducen las entradas y salidas de la habitación del personal portando objetos que potencialmente habían podido contaminarse.
Solución informática
Cada una de las camas cuenta con un monitor o pequeño dispositivo (un concentrador de IP), situado en el cabecero, que obtiene y envía los datos. Para eso, el monitor conectado mediante cable de red envía los datos de electrocardiógrafo, pulsioxímetro y un tensiómetro o una telemetría cardiológica mediante un concentrador, y el dispositivo transmite las mediciones a través de la red informática del hospital hasta el control de enfermería.
En definitiva, con este sistema se mejoran los circuitos y procesos hospitalarios, así como la seguridad en el registro de la información. Además crea un escenario de automatización e integración de la toma de constantes de pacientes de manera centralizada y automática, compatible con los estándares de comunicación médico-sanitarios, abierto a varios dispositivos de tomas de medidas y transparente al personal sanitario.
“Esta monitorización mejora las condiciones de bioprotección requeridas en esas circunstancias de aislamiento hospitalario, incrementando aun más los niveles de seguridad de estos pacientes y los del propio personal que los atiende, y posibilitando por tanto una mayor eficacia en los cuidados sanitarios prestados”.