El Caudal Fest se deja arrastrar por la Marea y cierra el verano como cita musical de referencia

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Un festival con más aire gallego que nunca, donde el chubasquero y los paraguas fueron el "outfit" más repetido, sobre todo ayer. Así es el Caudal Fest, que cerró este fin de semana en Lugo su segunda edición (y el verano definitivamente) con récord de público, un total de 32.758 personas entre viernes y sábado que pudieron ver en directo en los dos escenarios ubicados en el jardín del Pazo de Feiras e Congresos de Lugo a bandas y artistas de la talla de Izal, Xoel López, Carolina Durante e incluso Toteking y Ortiga.

En la jornada del viernes, los encargados de calentar motores de cara a la noche fueron los rockeros Bocanada y el dúo Los Bengala, a los que siguió alrededor de las 19.30 La Pegatina, que hicieron saltar a los asistentes que llegaban al recinto al ritmo de populares temas como “Una mirada”o “Lloverá y yo veré”, para despedirse del escenario con el ya mítico “Mari Carmen tu hijo está en el afterhour”. Antes del anochecer comenzó su concierto La M.O.D.A (La Maravillosa Orquesta del Alcohol). El grupo se encargó de advertir al público de que “no hablaban mucho entre canción y canción porque preferían aprovechar el tiempo para tocar más temas” e incluyeron en su repertorio “Una canción para no decir te quiero”, “La inmensidad” o “Himno nacional”. Como no podía ser de otra manera, el último fue “Héroes del sábado”, lo que supuso el momento cumbre del recital con miles de voces cantando al unísono cada una de las estrofas.

El grupo de rock muradano Deleiba tomó el testigo sobre las 21.00 en el escenario Fest Galicia, precedidos en el mismo lugar dos horas antes por Marem Ladson. La artista está considerada por muchos como una de las grandes revelaciones de la música española, algo que demostró con la delicadeza y profundidad con la que cantó singles propios como “Everything I’ve ever lost” o “All my storm”. Cerca de las 22.30 llegó el momento más esperado por muchos, que no fue otro que la magistral actuación de Marea, que se definen en su web como “la mejor banda de rock de los últimos 200 años” y tienen siete discos en el mercado. En las más de dos horas de actuación del grupo fundado por Kutxi Romero en 1997, el público disfrutó de un extenso repaso por los temas clave de su discografía, como “Corazón de mimbre” o “Perro verde”, además de otros más actuales de su último trabajo “El Azogue” como “Muchas lanzas”, “Jindama” o “En las encías”. Romero, con su peculiar "look" (donde no faltaban el gorro negro y el pañuelo estampado) se dirigió a los presentes licor café en mano y arrancó multitud de vítores a raíz de sus declaraciones.

“Me gustaría que todos ustedes vinieran a mi funeral pero no va a ser porque os voy a enterrar a todos”, afirmó. Tiempo más tarde y al terminar la intervención de Denom, fue el turno del rapero Toteking y su hermano menor Shotta. A lo largo de la actuación la gente alzó los brazos y se movió al ritmo de temas como “Ni de ellos ni de ellas”, “Ahora vivo de esto” o “Mi política”, este último tema integrado en su álbum “Héroe”. A las cuatro de la madrugada Dj Llonas fue el encargado de cerrar los conciertos, con una sesión de pegadizos ritmos entre los que se escucharon varios temas de Lori Meyers, entre otros grupos del mismo estilo musical.

Las primeras horas del sábado fueron de lluvia intensa, lo que obligó a los asistentes a lucir sus “mejores” galas para hacer frente al agua y la estampa invernal. Las inclemencias meteorológicas no fueron impedimento para que miles de festivaleros se deleitasen desde las 17.45 de la música de Agoraphobia o Holywater. A media tarde comenzó a animarse la fiesta con Ortiga, que no defraudó e hizo uso de su fiel acompañante el AutoTune. “Escenario principal” o “Ortiga presidente” fueron algunos de los gritos que se escucharon entre los espectadores a pie de escenario, que cantaron a voz en grito temas de esencia verbenera como “O Solar” o “ChantadaNfestas”. “El festival se llama Caudal Fest no Cáudal Fest, hay que pronunciar bien que estamos en Galicia y no en Detroit”, bromeó el artista (excomponente del dúo Esteban y Manuel), una salida con la que arrancó las risas del público haciendo gala de su particular personalidad.

Una vez caída la noche, Xoel López demostró sus tablas sobre el escenario e hizo vibrar a sus numerosos fans empezando a ritmo de “Jaguar” o “yo solo quería que me llevaras a bailar”. Los momentos álgidos se vivieron cuando sonó en el recinto “Hombre de ninguna parte”, “Que no” (un tema de su etapa como Deluxe), “A serea e o mariñeiro” y todo un himno consolidado como “Tierra”. Antes de un muy gallego “Marcho que teño que marchar”, el cantautor interpretó para cerrar su concierto “De piedras y arena mojada”. El sentimentalismo y la reflexión también tuvieron cabida en el evento de la mano de Beret, que hizo profundas reflexiones sobre el escenario acerca del amor y las relaciones. “Vuelve a decirme lo que sientes, que me quieres pero no puedes tenerme” o “Sólo dime cuando, no me digas dónde miraremos juntos el horizonte”, rezaban algunos de sus temas, en un recital donde no faltaron canciones populares como “Vuelve”, “Esencial”o “Lo siento”, coreadas por decenas de fieles fans que se agolpaban en primera fila.

Tras la intervención de The Rapants en el escenario secundario, todo el mundo se congregó en el escenario principal para disfrutar durante más de hora y media de un magistral Mikel Izal acompañado de una puesta en escena de una temática muy “espacial”. “Copacabana”, “La mujer de verde” o “Qué bien” fueron los temas más coreados e hicieron arder las stories de instagram de gran parte del público. Tras pronunciar un alegato en contra de la violencia machista, el cantante interpretó “Pánico práctico” y “Despedida”, un tema que presentó admitiendo que “las despedidas siempre son mejores cuando no se va nadie”. La despedida de la banda fue por todo lo alto con el cantautor mezclándose entre el público mientras interpretaba “El baile” y varios globos grandes de colores volaban en todas las direcciones. “Puede que esta sea la última noche de nuestras vidas, aprovechémosla”, aconsejó en su adiós un emocionado Izal.

A las dos de la madrugada el Caudal Fest aún estaba muy vivo y cambió por completo de registro con la irrupción de los madrileños Carolina Durante. “Las canciones de Juanita”, “Perdona (ahora si que sí)” o “La noche de los muertos vivientes” formaron parte de la actuación del grupo encabezado por Diego Ibáñez, un recital que se vio interrumpido durante diez minutos por problemas de sonido que no hicieron mella en el público, ya que todo el mundo permaneció impasible a pesar del intenso orballo que estaba cayendo. El cierre fue a ritmo de “Cayetano”, el tema más popular de la banda que agradeció a los asistentes la paciencia durante los fallos técnicos. El Caudal Fest finalizó esta edición en el escenario Fest Galicia con Galician Army y Dj Popy, que pinchó temas como “Lonely boy” de The Black Keys o "Are you gonna be my girl?". Pasada la tempestad de ayer hoy llegó la calma con Lugo dándole la despedida a miles de amantes de la música que llevan consigo una maleta llena de experiencias musicales y la esperanza de poder repetir esta cita en 2020, con un cartel aún más prometedor si cabe.

Monumento a la bebida de moda y sillas aéreas

Entre las curiosidades y actividades que estaban a disposición de los asistentes, se encontraba un particular monumento a la bebida de moda de los últimos tiempos: el Jägermaister. La figura del característico ciervo que aparece en su botella y que mostraba los nombres de los artistas de esta edición fue el epicentro de los selfies, además de que el puesto que la marca tenía en el recinto en el que se realizaban sorteos y concursos fue de los más concurridos.

En el Caudal el público fue muy diverso, pudieron verse desde niños de corta edad hasta adultos, además de que algunos optaron por ir disfrazados y un grupo de amigos levantó a un compañero en silla de ruedas entre el público para que pudiese disfrutar de los conciertos como uno más y no desde la zona habilitada en uno de los extremos del escenario principal para las personas con discapacidad. Esta escena recordó a muchos a la vivida el pasado verano en el Resurrection Fest de Viveiro y fue un gesto muy aplaudido.

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