Adiós a “un sueño cocinado a fuego lento, a base de trabajo, compromiso social y medioambiental y con voluntad de hacer las cosas bien”. Vigo se ha despedido hace unos doce días, definitivamente, de una de sus hamburgueserías gourmet que marcó un antes y un después en la ciudad y, especificablemente, en en el entorno de Rosalía de Castro. La Galeguesa se ha despedido definitivamente de sus clientes, casi sin hacer ruido pero dejando un hueco en la ciudad.
Mientras el local se ofrece ya en redes sociales para un traspaso, todavía con toda la decoración y mobiliario en perfecto estado, algunos lamentan la desaparición del que fue un local mítico de la ciudad, abriendo camino a una nueva oferta de hamburguesas gourmet que popularizó La Pepita.
Casa Galeguesa abrió en diciembre de 2014 las puertas de su establecimiento situado en la calle Oporto 7. El origen del proyecto buscaba recuperar una gran finca abandonada en Celanova (Ourense) donde se comenzó a criar ganado de las razas Salers y Cachena, esta última autóctona de Galicia, en libertad y bajo una cría tradicional. La filosofía de compromiso con los productos locales y restauración de proximidad les llevó a obtener el certificado de “Restaurante Kilómetro 0”.
El local ofrecía hamburguesas “artesanales”, con carne de vacas de crianza propia y en combinación con productos de la tierra. Tras la apertura en 2014 en Vigo, la compañía abrió 2017 un nuevo local en Madrid, situado en la calle Cava Alta 27 en el barrio de La Latina dentro de un “proyecto de expansión a nivel nacional”. También abrirían en Ourense un local situado en Viriato 4. Ninguno de ellos se mantiene ya abierto.
La apertura primero de La Pepita y después de la Galeguesa consolidó el entorno de Rosalía de Castro como el barrio de las hamburgueserías de Vigo. Más tarde llegarían Goiko, La Leyenda o La Urbana -situada donde antes estaba Galipizza-, entre otras.