El COAG premia la humanización de la rúa Picota de Redondela como ejemplo de obra pública

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Una humanización impulsada por el Concello de Redondela se ha situado entre las obras galardonadas por el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) en los Premios Gran de Area 2023, con los que la entidad busca destacar el valor de la obra arquitectónica, una “pequeña pero importante aportación a la arquitectura, a la creación y a la puesta en valor del entorno”.

Las Delegaciones de Ourense, Pontevedra y Vigo del COAG fallaron los galardones de los premios a los que se presentaron 71 proyectos de muy diversas escalas y localizaciones y que finalmente fueron a parar a 13 obras (7 situadas en el área de Vigo, 3 en el área de Pontevedra y 3 en el área de Ourense).

Entre las premiadas está la humanización de la Praza da Fonte do Mouro y calle Picota, unas obras impulsadas por el Gobierno local que contaron con una inversión de casi un millón de euros de los que la Diputación de Pontevedra aportó, a través del plan ReacPon, más de 636.000 euros. Firmada por la arquitecta María Fandiño Iglesias, la intervención trató de regularizar el trazado de la calle dotándolo de una nueva identidad y relacionando su firme con los nuevos empedrados existentes en las plazas. Además, se buscó devolver el protagonismo a los peatones frente a los vehículos.

El jurado premió la urbanización y recuperación de un espacio público modelando la topografía y gestionando las aguas pluviales, también el diseño, el cuidado en los encuentros con los edificios, el uso de la ecología y la sostenibilidad como criterios rectores de la propuesta. El resultado fue un “jardín público, un espacio de espacios que crea pequeñas plazas accesibles resolviendo la topografía”.

El proyecto diseñado actuó en tres frentes. El primero, en la propia rúa Picota, se buscó integrarla completamente en el tejido urbano, de manera que el empedrado mimetícese con el ya existente para conseguir un vial de plataforma única. En la Praza Fonte do Mouro se continuó el empedrado, conectando la plaza lateral a través de rampas y escaleras. Además, la existencia de socalcos permitió crear nuevos espacios de disfrute ciudadano. Por último, en el entorno de la capilla de Santa Mariña se mantuvieron los mismos materiales que en el resto de las actuaciones creándose en la plaza una “alfombra” de empedrado franqueada por dos grandes bancos que acotan el espacio y crean una especie de atrio.

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