El comercio local de Vigo se despide de una de las tiendas más queridas por las familias "peludas"

Hay historias que, después de escucharlas, se quedan guardadas en la memoria para siempre. Por su autenticidad, emotividad y, en este caso, por su agridulce final. Eso es lo que le ocurre a cualquiera que conozca la historia de Ana, cuya vida cambió drásticamente cuando Juanita se cruzó en su camino. Aunque puede que lo parezca, no se trata del encuentro entre dos personas, lo que hace de esta una coincidencia todavía más especial. La de Ana y Juanita es la relación entre una persona y una perra. Juanita acababa de ser arrojada de un vehículo cuando Ana la encontró y decidió convertirse en su familia. Lo que ella no sabía era hasta qué punto esa decisión repercutiría en su vida.

"Necesitando productos para perros, me di cuenta de que no había ninguna tienda bonita, como si fuera para una persona", recuerda Ana. Así, decidió hacer realidad ella misma aquello que deseaba para su mascota y para las del resto. En 2015 Ana abrió las puertas de su tienda Pet Mascotas en Rúa Gamboa, que más tarde se trasladaría a Marqués de Valladares, y que poco tardaría en enamorar a las personas que la iban conociendo y, en especial, a sus mascotas. Siempre convirtiendo a los animales en los protagonistas de su proyecto y entregándose cada día a todo el que pasase por su tienda.



Poco después de aparecer Juanita y, con ella, Pet Mascotas, Ana tuvo que enfrentarse a un obstáculo que cambiaría el rumbo de las cosas tal y como las tenía planeadas. "Al año de abrir la tienda, sufrí un trombo venoso profundo", relata la dueña de la tienda de animales. Aunque Ana admite que este diagnóstico tendría que haberla llevado a pausar su vida y cuidarse, no fue este el camino que eligió. "Soy trabajadora, me encantaba el trabajo, así que seguí en la tienda", confiesa.

Durante los últimos años, Pet Mascotas mantuvo sus puertas abiertas a pesar de la enfermedad de Ana. No fue hasta el pasado agosto cuando, tras una visita al médico, decidió que era momento de descansar. "Tengo un agravamiento del sistema circulatorio, así que lo único que puedo hacer es asumir que tengo que dejar de trabajar", afirma Ana acerca de la evolución de su enfermedad.

La tienda, más que un negocio, se convirtió en una familia formada por cada una de las mascotas que se paraban delante para visitar a Ana. "El amor que tenía por esta tienda no era normal", asegura. Para darse cuenta de ello solo hay que echar un ojo a su cuenta de Instagram, en la que Ana compartía fotos de sus clientes después de acudir a su negocio, en las que la cara de felicidad de todos los animales era una señal indiscutible del buen trato que recibían. Después de diez años de actividad, Pet Mascotas consiguió robarle el corazón a muchos clientes, que ahora se debaten entre la pena de tener que decirle adiós a la tienda y la alegría de saber que su dueña podrá recibir el cuidado que tanto se merece. "Siempre intenté tratar como a mí me gustaría que me tratasen".

Sin embargo, otra casualidad llegó a la vida de Ana, de la misma forma que lo hizo Juanita en su momento. "Hay una sorpresa, y es que hay una persona que podría estar interesada en mantener la tienda activa", comparte Ana con mucha ilusión. Se trata de la hija de una clienta de la tienda. "Es muy sonriente y agradable, cualidades que se intentaban transmitir en la tienda, tanto a perros como personas", asegura Ana. "No se va a llamar Pet Mascotas, pero saber que la tienda se reabrirá con la misma actividad me alegra mucho por la gente", afirma la dueña sobre la posible reapertura de la tienda. "Yo pasaré a ser clienta también", cuenta divertida. Los clientes que tanto disfrutaron de esta tienda durante diez años podrán seguir haciéndolo, así como de Ana, ahora como una amiga al otro lado del mostrador.

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