El Concello de Vigo protege el banco "atrapacoches" de Ronda con nuevos bolardos, ¿durarán?

Nuevos bolardos instalados en Ronda de Don Bosco

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Enésimo intento del Concello de Vigo con los bolardos en una de las humanizaciones que más quebraderos de cabeza ha dado al Gobierno local. La reforma de Ronda de Don Bosco, finalizada en 2021, ha convertido a la pequeña plaza de la céntrica calle en un punto de encuentro con terrazas y buen ambiente que se llena de forma habitual a la salida del trabajo y durante todo el fin de semana, pero también ha traído de cabeza a los técnicos municipales por un problema no previsto: los bolardos y su convivencia con el tráfico.

La humanización fue concebida inicialmente con la vía para el tráfico al mismo nivel que las zonas peatonales, todo con un cemento que no diferenciaba el carril de circulación de las aceras. Para restringir la zona de circulación se decidió apostar por unos pivotes que además incluían iluminación dando un aspecto icónico a la calle. Pero no duraron. Desde que se inauguró la humanización los continuos golpes de los coches y camiones de reparto fueron acabando con ellos y aunque inicialmente el Concello los fue reponiendo, acabó por rendirse y eliminar prácticamente todos. De los instalados inicialmente, apenas quedan un par de ellos, aunque su fragilidad hace que sigan siendo "víctimas" de los choques y cayendo al suelo.

Sin embargo, la decisión municipal de dejar de reponerlos llevó a otro problema sobrevenido. Al no haber marcas en el suelo que delimiten el carril de circulación, y eliminarse los bolardos que también daban luz y marcaban el camino, muchos conductores "improvisaron" y acabaron dándose de bruces con otros elementos de la calle. El más destacado fue un banco de piedra que se encuentra junto a la subida de María Auxiliadora. 

Los vehículos que suben desde María Auxiliadora llegan al cruce de Ronda de Don Bosco, comprueban si llegan coches desde la derecha y giran a la izquierda para bajar por la calle, y ahí justo en ese giro es donde durante semanas se estuvieron sucediendo los choques de forma continua. Tanto fue así que el banco acabó apareciendo pintado de un color fosforito. Y ni por esas se pudo evitar los continuos despistes. Muchos incluso bautizaron al banco como el "atrapacoches". Así, el Concello lo ha vuelto a intentar, instalando nuevos bolardos con reflectantes para marcar el ángulo de giro y proteger la zona de asiento. Si durarán o no, está por ver.

Una actuación exitosa en las terrazas, fallida en el tráfico

La humanización de Ronda de Don Bosco creó una "nueva" plaza en un espacio muy popular que cuenta con diversos negocios de hostelería que se han visto beneficiados de la creación de graderíos de granito negro siguiendo el descenso de la calle, a modo de pequeñas plaza. Sobre ellos, se instalaron pérgolas de madera con vegetación que ha ido creciendo desde 2021, además de nuevos árboles tras la polémica tala de los cedros centenarios. 

Sin embargo, en la parte en la que circula el tráfico las cosas no fueron tan bien. Los bolardos se demostraron muy débiles ante el choque con los coches y y cada día aparecían cada vez más de estos elementos tirados por el suelo. Su desaparición redujo la iluminación de la calle y también dificultó a algunos conductores la circulación, ya que la calle no cuenta con una zona delimitada en el suelo. El material del pavimento es uniforme tanto en la calzada como en las aceras. 

Uno de los bolardos del anterior modelo, roto por el suelo este lunes 10 de junio
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