El Templo Votivo do Mar de Panxón sufre un nuevo revés. A los ya conocidos graves problemas de filtraciones y desprendimientos en su interior se suma ahora el robo de parte de la barandilla de piedra de las escaleras que lo comunican con el arco visigótico. Las vecinas y vecinos del entorno alertaron ayer el Concello del suceso, que inmediatamente lo comunicó a la Policía Local y al Obispado. El incidente coincide con el anuncio de la Xunta de la licitación de las obras de reparación del monumento diseñado por Antonio Palacios.
"Se trata de uno de los bienes patrimoniales más icónicos del municipios e incluso de Galicia y, paradójicamente, es el que está más en peligro", lamenta el regidor, que avanzar que desde el Concello existe un proyecto para poner en valor, precisamente, todo su entorno, comprendiendo también al arco visigótico. "Estamos en conversaciones con el Obispado para que nos ceda estos terrenos y asumir nosotros la inversión", explica.
En cuanto al anuncio de la Xunta de licitación de las obras de rehabilitación, el alcalde de Nigrán manifiesta su agrado. "No tenemos información oficial, pero nos alegramos mucho del anuncio, era algo que esperábamos ya con mucha impaciencia", explica el regidor, Juan González. "Tenemos la suerte de contar en Nigrán con una de las obras más hermosas de la arquitectura del siglo XX en Galicia y debe ser cuidada como tal", considera el máximo mandatario municipal, que no duda en calificar la edificación como "la obra religiosa más representativa de Palacios", arquitecto reconocido internacionalmente por su trascendencia en el diseño de Madrid y al que la capital de España consagra el año 2024 coincidiendo con el 150 aniversario de su nacimiento.
La joya del Templo Votivo do Mar
Una de las grandes obras cumbre de arquitectura religiosa del porriñés Antonio Palacios (1874-1945), considerado uno de los grandes maestros del regionalismo y con obras reconocidas internacionalmente como el Palacio de las Comunicaciones de Madrid o el Círculo de Bellas Artes. Palacios se inspiró en el vecino arco visigótico que formaba parte de la antigua iglesia de San Juan -y que él mismo liberó de la demolición por su gran valor histórico- iniciando la construcción del Templo Votivo do mar dedicado a la Virgen del Carmen en 1932 y finalizándolo en 1937. Su estilo es complejo de definir, ya que recoge elementos de muy diversas procedencias, emplea la piedra desnuda dentro de una tipología regionalista y destacan marcados trazos góticos e incluso islámicos si observamos la trazaria interior de la cúpula con policromía de inspiración bizantina y decoración neomudéjar -el constructor nigranés José Mogimes siguió sus diseños para, junto a los jóvenes de Panxón, configurar los espectaculares mosaicos de azulejo que cubren las bóvedas del templo y que representan diferentes escenas como la Anunciación de la Virgen, la Coronación o la Virgen del Carmen-.