Hippie es un perro de 9 años con hipotiroidismo y leishmaniosis que vivía desde el 2013 en la protectora ponteareana Os Biosbardos. Hace tres meses le han dado una nueva oportunidad. Actualmente se encuentra en acogida definitiva en una casa de Salvaterra, con una familia que disfruta viendo como semana a semana se va haciendo más y más cariñoso, y se divierten escuchando como charla a “ladrido pelado” con sus vecinos caninos a la hora de cenar. “Sabíamos que queríamos un perro mayor porque son los que más complicado lo tienen a la hora de ser adoptados; y que la protectora lo tuviese en la modalidad de acogida definitiva, haciéndose cargo de los gastos médicos, facilitó mucho nuestra elección”, comenta la familia Durán.
Este es un caso feliz, en el que un perro adulto puede salir de los caniles de la protectora para pasar a formar parte de una familia definitiva fuera de la perrera. Pero son muchos los animales que todavía están a la espera de vivir una historia parecida.
Según el último estudio de la Fundación Affinity, en 2018 un total de 138.407 perros y gatos fueron recogidos por protectoras de toda España. Después de hablar con seis asociaciones diferentes de Vigo y su área metropolitana, esta cifra parece quedarse corta. Las protectoras Os Biosbardos, Bai.SenPulgas, Rescue Galicia, Aloia, Proyecto Gato y Tu Eres Nuestra Ayuda se dedican a rescatar, cuidar y gestionar las adopciones de cientos de perros y gatos durante todo el año en sus diferentes zonas de actuación y todas hacen llegar a la misma conclusión: “A la sociedad le queda mucho por aprender”. Si bien algunas no pueden dar datos concretos, aunque sí aclaran que son “muchísimos los animales abandonados que nos encontramos”, otras pueden facilitarnos números. En el caso de Proyecto Gato, especifican que son alrededor de 60 o 70 animales al año los que entran en su refugio, si bien no cuentan los gatos que existen en las colonias de las que se hacen cargo. Por su parte, Aloia, concreta que son una media de 75 los perros que recogen al año y Os Biosbardos rescató el año pasado a 326 perros y 285 gatos.
La fundación Affinity interpreta que “una parte de los animales de compañía que llegan a un refugio no corresponde realmente a un abandono, sino probablemente a una pérdida”, algo con lo que no coinciden las protectoras de la zona. “La mayor parte de los gatos que entran al refugio provienen de colonias, las cuales se forman por la irresponsabilidad del ser humano al abandonar o no esterilizar a sus propios felinos; también tenemos abandonos directos de gente particular que por algún motivo quiere romper el vínculo con su animal”, indican los gondomareños de Proyecto Gato. Por su parte, la protectora tudense Aloia destaca que la mayoría de sus “peludos son descartes de los cazadores” y, Tu Eres Nuestra Ayuda, también se ha encontrado situaciones en las que “hemos tenido que ofrecer casos temporales en nuestro refugio a peludos de familias a las que la covid les ha trastocado completamente sus vidas y no tenían donde irse a vivir con sus animales”. Existen también muchos animales encontrados en las carreteras que llegan a estos refugios de la mano de la Policía o de las mismas personas que se cruzan con ellos y, con menos frecuencia, pero mismo impacto, casos de individuos con síndrome de Noé que pueden llegar a albergar más de medio centenar de animales en condiciones deplorables.
Una vez los animales son recogidos por las protectoras, sus decenas de voluntarios se organizan para proporcionales todos los cuidados que estos necesiten, llevarlos al veterinario, buscar alguna casa que lo pueda acoger para que se recupere, organizar en qué caniles colocarlos en el refugio o darles de comer de dos a tres veces al día. Todo esto conlleva un gasto económico que las asociaciones intentan solventar de la mejor manera posible. Todas se han visto perjudicadas al no realizarse los eventos en los que instalaban alguna carpa para poder vender objetos o comida que, en el caso de Proyecto Gato, “recaudábamos una media de 8000 a 10.000 euros”. Ante esta situación, Biosbardos han decidido abrir su propia tienda solidaria en Vigo para tener un lugar donde poder recaudar fondos para el cuidado de sus animales. Rescue Galicia ha invertido en un nuevo merchandising para conseguir más fondos para su asociación. Además de esto, todas tienen en sus páginas información para que, aquellos que así lo deseen, puedan hacerse socios, realizar donaciones puntuales o convertirse en padrino o madrina de los “peludos”. “Sin ayudas gubernamentales nosotros sobrevivimos gracias a las donaciones de particulares a los que estamos eternamente agradecidos”, puntualizan en Tu Eres Nuestra Ayuda.
Dentro de lo malo que ha traído esta pandemia, Bai.SenPulgas ha encontrado algo positivo. “En nuestro caso, la situación ha impulsado acogidas de animales que llevaban mucho tiempo con nosotros y que gracias a ello han tenido la oportunidad de encontrar su hogar definitivo”. Todas las asociaciones coinciden en que los casos que más fáciles son de adoptar son los cachorros de razas pequeñas o medianas, siendo los adultos y los seniors menos propensos a ser adoptados y, si son de razas grandes, más complicado resulta.
Ya sea acogida definitiva, temporal o adopción, cachorros, adultos o senior, ellos merecen un lugar donde “puedan sentir el calor de un hogar y el constante cariño de una familia que los quiera”. Y es que “con una adopción salvan la vida de dos animales, la del adoptado y la del que entra en el refugio gracias al hueco que ha quedado del primero”. Las ventajas de una adopción “son muchas, ya que puedes saber cómo es el animal antes de tiempo, podrás elegir uno que se adapte a tu rutina, él o ella te lo agradecerá toda la vida porque son muy fieles”.
Lector que está viendo esto, si se está planteando tener un perro o un gato, “acuda al refugio que tenga más cerca y mire a los ojos a esos peludos que están a la espera para dar todo el amor del mundo”. Adopte, no compre.
Buscan familia...
Odín
Odín es un pitbull de 14 meses de la familia de Rescue Galicia. Su antigua familia no lo quería porque aseguraban que tenía problemas con otro perro. Actualmente es "un amor" de perro, siempre buscando cariño con una sonrisa permanente en esos mofletes. Al ser un perro potencialmente peligroso necesita licencia que cualquier Concello expide.
Tokio
Tokio es un peludo de la familia de Aloia. Actualmente se encuentra en un centro de adiestramiento mejorando cada vez más sus problemillas de conducta y siendo cada día más listo, bueno y cariñoso. En poco tiempo se acaba su estancia en el centro y necesita un nuevo hogar.
Trevo
Trevo es un pequeño podenco de 8 meses salvado por Os Biosbardos. Lo abandonaron en el refugio en unas condiciones inhumanas. Pese a los problemas de salud vividos y su actual discapacidad, ya que no puede caminar, nadie logra pararlo. Es un cachorro muy juguetón con un gran poder de superación.
Bito
Bito forma parte de la familia de Bai.SenPulgas. Fue abandonado en una casa que estaba a la venta en Santa María de Oia. Cuando llegaron los nuevos propietarios se encontraron a Bito en un estado lamentable. Después de tratar su infección de piel y sus problemas de desnutrición, la protectora descubrió que era rubio. Actualmente se encuentra en un perfecto estado de salud y con muchas ganas de dar cariño a su nueva familia.
Dólar
Dólar es un un perro PPP rescatado por Tu Eres Nuestra Ayuda. Pasó a menos que un segundo plano cuando su antigua dueña tuvo un bebe; lo hicieron a vivir en un habitáculo encerrado con todos los problemas emocionales y sociales que ello conllevó. Es noble, gracioso y, aunque un poco cabezota, es muy obediente. Se merece una nueva oportunidad.
Morgan
Morgan es un peludo de Proyecto Gato. Un gato casero al que dejaban salir y que recibió un disparo. Fue rescatado por una chica cuando volvía arrastrándose de vuelta a su casa. Al extraerle el balín, se pudo identificar el culpable de su sufrimiento. El individuo fue llevado a juicio y Proyecto Gato lo ganó, consiguiendo así que se le declarase culpable de agresión y fuera sancionado. Actualmente está recuperado del todo y a la espera de encontrar una casa en la que poder vivir definitivamente.