El tribunal de jurado ha declarado por unanimidad culpable de asesinato con alevosía a Valentín A.B., por haber matado a su mujer el 2 de diciembre de 2020, en el domicilio familiar de la parroquia de Mañufe, en Gondomar (Pontevedra).
El jurado ha considerado probado que el acusado infligió 21 heridas con un cuchillo a Soledad R.V., varias de ellas puñaladas mortales, con la intención de "acabar con su vida", sin que la víctima tuviera posibilidad de defenderse o de huir.
El tribunal popular ha argumentado su postura recordando que el propio acusado confesó a un taxista que había matado a su mujer, y ha señalado que los informes forenses reflejan que la víctima tenía una discapacidad del 65 % y problemas de movilidad, que le hacían imposible la escapatoria.
Por otra parte, han visto acreditadas las agravantes de parentesco y género, y han apuntado que Valentín actuó con "desprecio" hacia su mujer, con una actitud de "dominación" y que hubo episodios de maltrato previos en su relación conyugal.
No obstante, el jurado ha declarado no probado que el crimen se cometiera con ensañamiento ya que, a pesar de la cantidad de lesiones, fue "un ataque rápido" y "no buscó aumentar el dolor deliberadamente". Finalmente, el tribunal se ha opuesto a la suspensión de la ejecución de la pena y al indulto.
Al no estimarse por parte del jurado la circunstancia agravante de ensañamiento, las acusaciones (Fiscalía, particular y Xunta) han solicitado una condena de 25 años de cárcel, en vez de los 30 años iniciales, e indemnizaciones de 300.000 y 250.000 euros para los hijos del matrimonio, el menor con una discapacidad severa. Mientras, la defensa, que había pedido que se considerase el crimen un homicidio, no ha hecho petición concreta de pena, aunque sí ha solicitado que se reduzcan las indemnizaciones a 150.000 y 75.000 euros.
Crimen
El crimen tuvo lugar en la tarde del 2 de diciembre de 2020, cuando Valentín atacó a su mujer con un cuchillo, causándole ocho heridas graves (varias de ellas mortales) y otras lesiones por todo el cuerpo.
Fue el taxista que habitualmente llevaba y traía al hijo menor del centro especial al que acudía, el que descubrió lo ocurrido, al llegar de regreso con el joven y ver que sus padres no acudían a la puerta a recogerlo. El chófer llamó al padre a su móvil, y éste le pidió que llamase a la Guardia Civil porque había matado a su mujer y él se estaba desangrando (se cortó las muñecas y se clavó el cuchillo en el pecho para suicidarse).
En el juicio celebrado esta semana en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, Valentín A.B. afirmó que no recordaba nada de lo sucedido, y argumentó que la convivencia con su mujer era mala, que él quería divorciarse pero ella no accedía, y que Soledad lo insultaba con frecuencia.
"Se ha impartido justicia"
La abogada de la acusación particular, Paula Diéguez, ha señalado que "se ha impartido justicia" para Soledad, su hijo "y para la sociedad", a pesar de que el jurado "no vio el ensañamiento", lo que ha obligado a rebajar levemente la petición de penas.
Con todo, sí han mantenido la petición de responsabilidad civil y la medida de alejamiento y prohibición de comunicarse al acusado con respecto a su hijo menor, discapacitado, durante 30 años.
Por su parte, Valentín, hijo de víctima y acusado, ha lamentado que el jurado no haya visto acreditado el ensañamiento "cuando fueron 21 puñaladas", con la justificación de que fue un ataque muy rápido, "de segundos". "Si tienes un arma y disparas 50 veces sabes que vas a matar, y no te hace falta disparar 50 veces. No me parece normal", ha añadido.