El juzgado de instrucción número 2 de Tui ha acordado citar para declarar como investigado al exnovio de Déborah Fernández-Cervera, la joven cuyo cadáver apareció en una cuneta en O Rosal (Pontevedra) en mayo de 2002, y será la primera vez en casi 20 años que esta persona, a quien la Policía señaló como principal sospechoso del crimen, comparezca en sede judicial.
En primera instancia, el juzgado de Tui se había opuesto a citar a la expareja de la joven viguesa, y la familia presentó un recurso ante la Audiencia de Pontevedra que ha sido estimado. Así, el tribunal provincial ha ordenado que se cite a ese sospechoso, que comparecerá el próximo 21 de febrero ante el juzgado de instrucción.
El anuncio de la investigación de esta persona se ha producido poco después de que la jueza instructora escuchase la declaración de otros 7 siete testigos que, este viernes, han comparecido en el marco de la investigación judicial para arrojar luz sobre lo ocurrido en las últimas horas de vida de la víctima.
El caso de Déborah Fernández prescribiría a finales de abril de 2022 (ahora se paraliza el plazo) y su familia ha reclamado en numerosas ocasiones la comparecencia de su expareja, alegando que hay un informe policial muy contundente en el que se apunta de forma clara su vinculación con la muerte de la chica.
"Optimismo" de los abogados de la familia
Este viernes, a la salida de los juzgados de Tui y antes de conocerse que se había citado a declarar al exnovio de la víctima, los abogados de la familia se han mostrado "optimistas" porque las declaraciones de los testigos ayudan a "avanzar" con el caso.
"Aún queda tiempo hasta la fecha de prescripción para que se llegue a saber qué es lo que pasó con Déborah y quién la mató", subrayó el abogado Ignacio Pérez Amoedo, añadiendo que espera que "se haga lo que se tenga que hacer" y que se llame a declarar "a quien sea necesario" para saber quién acabó con la vida de la joven hace casi 20 años.
Para él, en los primeros años tras la aparición del cadáver "no se quiso investigar" y ahora muchos testigos tienen "memoria muy selectiva", ya que relatan "recuerdos muy nítidos" pero tienen también "olvidos muy nítidos" y "todos los mismos (olvidos)". "Hay optimismo porque se está haciendo mucho trabajo y quedan dos meses en los que habrá que pelear", ha reivindicado.
Casi 20 años desde la aparición del cadáver
Déborah Fernández-Cervera desapareció en 2002, cuando tenía 21 años de edad, después de salir de su casa para hacer deporte. Su cadáver fue localizado diez días después, rodeado de pistas falsas, en una cuneta de O Rosal, y nunca hubo nadie detenido ni formalmente investigado, hasta ahora, por este crimen.
A finales de 2019 el caso fue reabierto y a partir de ahí se han hecho varias diligencias periciales y declaraciones de testigos. Además, en mayo de 2021 se exhumó el cadáver de la joven para hacerle algunas pruebas de ADN, de las que la familia sigue a la espera de resultados.
Además, en estos meses también se examinó el coche del principal sospechoso y diferentes pertenencias del mismo. Así, entre otros hallazgos, fueron localizadas unas fibras bajo las uñas de la chica que coincidían con la tela de una manta que perteneció al sospechoso (si bien eran unas fibras muy comunes y el hallazgo no se consideró determinante), y los análisis de la empresa Lazarus llevaron a la conclusión de que el ordenador de Déborah había sido manipulado.