El Festival Internacional de Cine Documental de Tui, Play-Doc, ha apagado el proyector, aunque solo hasta el año que viene. Este año llegaba en su edición más “underground”, rindiendo tributo a la “calle, la libertad y la marginalidad”, en palabras de su codirector, Ángel Sánchez. Sin embargo, el festival, ya referencia entre los cinéfilos y los amantes del cine de culto, ha dado un paso más. El Play-Doc de 2018 ha salido a la calle, ha dialogado con ella y ha buscado nuevas formas de relacionar cine y cultura.
Este año, el festival ha continuado su apuesta por ampliar programación y ofrecer también su particular propuesta musical. Como es habitual, el evento de cine también nos ofrece la oportunidad de acercarnos a músicos como Joan as Police Woman, Da Chick o Rubblebucket de la mano de la marca Sinsal. Sin embargo, este año, el Play-Doc ha tocado calle, ha decidido empaparse de la ciudad en la que vive y de su entorno para generar un diálogo cultural único. Lo ha hecho, por ejemplo, con jornadas como las de este martes a pie del Miño en una sesión vermú amenizada por Esteban & Manuel.
El Play-Doc es música, pero evidentemente es un festival de cine, no engaña a nadie, no quiere dejar de serlo y lo hace con maestría convertido en “referente internacional”, como destacan desde su organización.
En esta décimo cuarta edición, el festival nos ha dejado ver películas inéditas y acercarnos al –no siempre visible– papel de la mujer en el cine. Hemos podido comprobar en primera persona la buena salud de la que goza el Novo Cinema Galego, o escudriñar la figura de Emanuel Goldman y su breve pero rompedora obra. El festival también nos ha dejado con una primera vez, la de entregar un doble premio a dos películas, The Waldheim Waltz y Lamaland (Parte I).
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Cine de culto para cinéfilos (y para todos)
El cine que cada año proyectan las dos salas del festival se caracteriza por romper moldes. Un cine de cinéfilos. Pero no solo. El Play-Doc ha logrado la receta mágica, lo hace desde hace años. Cada jornada, decenas de personas, de vecinos de Tui y del área, se acercan hasta el teatro para acercarse al séptimo arte, a esas obras que habitualmente no consumen. Vecinos y vecinas de todas las edades, clases sociales y niveles culturales.
Es más, el Play-Doc trae a Tui a brillantes creadores internacionales que dialogan con los asistentes. Una localidad que no supera los 20.000 habitantes logra ser un epicentro cultural de escala internacional. Todo, con un equipo incansable de voluntarias y voluntarios que sacan lo mejor de sí mismos orgullosos de lograr tal épica en su municipio.
El Play-Doc 2018 se encamina ya a la celebración de su décimo quinto aniversario y todo promete que la receta seguirá triunfando.