El arte es una de los canales que dispone el ser humano para poder expresar las emociones, aquellas que le preocupan, que le acobijan y aquellas que le aporta bienestar tanto físico como emocional. Mediante el arte, las personas expresan sentimientos que, de otra forma, sería difícil de definir. Se trata de un poder que poseen algunas de las personas seleccionadas por un don y una de ellas ha dejado su pincelada en el barrio vigués de Teis.
Se trata de Anna Langeheldt, una mujer pionera en el mundo del arte urbano en España y que ha cosechado numerosos reconocimientos desde el año 2001. De hecho, ha trabajado para diferentes marcas y ha expuesto su ingenio en exhibiciones que se celebraron en diferentes ciudades como Barcelona o A Coruña.
Ahora, llega al barrio de Teis en la que la artista pone en juego diferentes elementos en el que los espectadores y las espectadoras podrán percibir muchas de las sensaciones que el ser humano experimenta tras una tormenta. Estas son, el resurgir y la renovación que parten desde un mundo interior.
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Esto se puede encontrar en la figura que se encuentra en primer plano, despegando de su lugar de origen. En este punto inicial se encuentra una casa de pequeñas dimensiones y que se caracteriza por la ausencia de otros elementos que la acompañan. Es desde ese punto en el que surge el renacimiento del personaje protagonista del mural.
Todo ello, mientras es propulsada por un fuego vigoroso que hace que termine de despegar desde ese mismo lugar de origen en el que además se localiza ese pequeño hogar aislado, predominan las rosas. Según Langeheldt, su especial protagonismo no es casual porque se asocia, precisamente, al resurgir y la renovación.
Este mural se sitúa en el Auditorio Muncipal de Teis y en el que a partir de ahora los vecinos y las vecinas podrán pararse a reflexionar sobre este tipo de emociones en el transcurso del día a día.
Un búho en la Vía Verde
El arte urbano es una de las características de Vigo y es por eso que este trabajo que representa renovación y resurgir no es el único que reina en la ciudad. Este trabajo forma parte de un programa que ha puesto en marcha para seguir coloreando la ciudad.
Así, por las calles de la ciudad olívica se puede ver ya un búho que vigila la ciudad, asomado desde la calle Robleda número 118.