Empleados de la antigua Faurecia en O Porriño vuelven a manifestarse para exigir una solución

Imagen de archivo

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Empleados de la antigua filial de Faurecia en la localidad pontevedresa de O Porriño, que en la actualidad se encuentra en concurso de acreedores, se han vuelto a manifestar este martes para pedir una solución a su situación.

En esta ocasión, los trabajadores de Madera Fiber han recorrido las calles de O Porriño, desde la fábrica de la empresa hasta el Concello, donde han sido recibidos por el alcalde, Alejandro Lorenzo. Los empleados han vuelto a quejarse de la "ética" que, a su juicio, lleva a cabo Faurecia, que primero cobró subvenciones, después cerró la planta y ahora pretende que el personal cobre de la administración, según rezaba la pancarta que encabezaba la concentración.

Hechos

La situación, según explicaron los trabajadores, viene dada después de que en julio de 2021 Faurecia comunicó a los empleados la venta de la unidad productiva al grupo Callista Private Equity, tratándose de un fondo buitre alemán.

En enero de 2022 esta compañía tomó el control de la planta de O Porriño tras el pago de un euro, pese a que Faurecia además inyectó capital por valor de tres millones, según denuncian los empleados.

En ese momento, los responsables del comprador se reunieron con el comité informando de que traían un plan industrial para dar viabilidad a las instalaciones. "La realidad que pudimos comprobar fue que nunca tuvieron un plan industrial, ni invirtieron nada para tenerlo, sino todo lo contrario, se dedicaron a descapitalizar la planta, llegando incluso a vender los terrenos en julio de 2022 por un precio muy inferior al valor de mercado de 2,4 millones", criticó el presidente del comité de empresa, Leonardo Suárez.

"En febrero de este año el fondo buitre alemán, siguiendo su modus operandi habitual, abandona la antigua planta de Faurecia cediendo los activos por 3.600 euros a una empresa rumana gestionada por Rüdiger Wisser, personaje que se define a sí mismo como 'el enterrador", añadió el presidente del comité. Según él, el nuevo propietario dejó claro que pretendía buscar un nuevo comprador o cerrar la planta y el pasado jueves, 14 de septiembre, presentó el concurso de acreedores.

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